La alcaldesa de Lodosa, Lourdes San Miguel, ha puesto este viernes en valor la recientemente reconstruida Torre de Velasco, también conocida como Torre de Rada, un patrimonio, ha dicho, que se debe preservar para las próximas generaciones.
La torre, que ha sido visitada por los miembros de la Comisión de Cultura y Deporte del Parlamento de Navarra, es una construcción militar medieval declarada Bien de Interés Cultural y recientemente reconstruida por el servicio de Patrimonio Histórico del Gobierno de Navarra.
Según ha explicado la alcaldesa de Lodosa, esta intervención “ha permitido conocer la historia constructiva de la torre, recuperar su valor arquitectónico en sus aspectos formales y constructivos, y adecuar el conjunto para su uso cultural y turístico, con el objetivo prioritario de preservar para generaciones venideras una valiosa herencia cultural recibida”.
El arquitecto José Luis Franchez ha descrito los trabajos realizados en la restauración de esta construcción defensiva levantada en 1487, de filiación castellana, “lo que explica ciertos elementos arquitectónicos que no son propios de las torres bajomedievales navarras”. Está situada sobre una elevación que permite dominar un amplio ramo del curso del río Ebro entre Lodosa y Sartaguda, frontera histórica de Navarra con Castilla.
La intervención, que, incluyendo todos los estudios y trabajos realizados, ha tenido un coste de alrededor de un millón de euros, se ha realizado en dos fases. En primer lugar, se ha reconstruido arquitectónicamente la torre conforme a sus características originales, “tras el examen de su fábrica y de su configuración constructiva, contrastadas con otras torres medievales, y a la vista de los datos que proporcionaron el levantamiento de planos, el estudio histórico realizado y el análisis del edificio”.
La segunda fase se ha centrado en consolidar y proteger los restos de la capilla renacentista levantada en torno a 1570. Al objeto de respetar su valor arqueológico, se han consolidado y protegido dichas ruinas con una nueva cubierta de abeto con cobertura de cinc, “intencionadamente diferenciada y separada de la ruina consolidada”. La capilla conserva en el interior los arranques de las bóvedas estrelladas de ladrillo aplantillado que cubrían los dos tramos de su nave, el arco apuntado que dividía esos tramos y un pequeño coro alto a los pies.
Las obras han consolidado y reparado los muros y sus matacanes, y han repuesto los forjados interiores de viguetas de madera y revoltón con rasilla cerámica siguiendo el modelo constructivo de los que se conservaban. Se ha construido una escalera de dos tramos independientes de bóveda tabicada de ladrillo al aire, esto es, sin cimbra, y el interior los muros se ha revestido con mortero de cal.
La cubierta, a dos aguas y de teja curva, ha permitido la recuperación del paseo de ronda perimetral, que ofrece una panorámica del entorno de la torre, y en las puertas de acceso y de salida al adarve (muro de una fortaleza) en cubierta, así como en las ventanas de las cuatro fachadas, se han repuesto nuevas carpinterías de tabla y armazón de roble.
