España recuerda estos días una escena que hoy parece de otra época: colas en cajeros automáticos, calculadoras en la mano y conversaciones en la calle para resolver la gran duda de aquellas horas. La primera Nochevieja del euro se vivió como un salto al futuro. Hace 24 años, el país se preparó para despedir la peseta y estrenar una moneda que iba a cambiar la forma de comprar, ahorrar y hablar de dinero.
En aquel final de año, el ambiente fue una mezcla de curiosidad y nervios. Muchas familias hicieron cuentas antes de salir a la calle después de las uvas. En bares y comercios se repitió la misma frase: “¿Esto en pesetas cuánto es?”. Y, al mismo tiempo, se instaló la sensación de estar participando en un momento histórico, compartido con otros países de Europa.
El cambio no llegó de golpe, pero esa noche lo simbolizó todo. La peseta había acompañado a varias generaciones y el euro irrumpió con billetes y monedas nuevas, con su diseño y sus valores. En los días siguientes, la rutina se llenó de gestos pequeños: aprender a distinguir monedas, acostumbrarse a los precios y revisar el monedero con una atención casi infantil.
El vídeo que acompaña este reportaje, posteado por la cuenta @documentos_ocultos en Instagram, captura justo esa transición cotidiana. Lo que hoy se resuelve en segundos con el móvil entonces se hacía con papel, memoria y paciencia. Y esa incertidumbre, a ratos divertida y a ratos incómoda, fue parte del estreno.
Con el paso del tiempo, aquella Nochevieja se ha quedado como una postal generacional. No solo por la moneda, sino por lo que representó: una nueva manera de entender el bolsillo y de situarse en Europa. Muchos aún recuerdan la primera vez que pagaron en euros o el primer billete que guardaron “de recuerdo”.
Este año, cuando se cumplen 24 de aquel cambio, estas imágenes funcionan como una cápsula del tiempo. Devuelven a la memoria una noche en la que España brindó por el año nuevo y, sin saberlo del todo, también brindó por una forma distinta de medir el valor de las cosas.
