TRIBUNALES
Le vacía la cuenta a su amiga para jugárselo en las tragaperras: se quedó con 60.000 euros
La acusada aprovechó la confianza de su amiga convaleciente para usar su tarjeta en salas de juego y hacer transferencias a su cuenta.
La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) ha confirmado la pena de dos años de prisión impuesta el pasado junio por la Audiencia Provincial a una mujer que se apropió de 59.929 euros pertenecientes a una amiga a la que cuidaba y que se encontraba convaleciente.
Según la sentencia, que todavía puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo, la acusada aprovechó la confianza de la víctima, quien no podía caminar ni salir de casa, y le confió una tarjeta bancaria para ayudarla con sus gestiones. Sin embargo, la mujer comenzó a utilizarla en salas de juego y a realizar transferencias a su propia cuenta.
Los hechos se prolongaron entre octubre de 2023 y marzo de 2024, hasta que la afectada acudió al banco y descubrió que apenas le quedaban 3,86 euros en su cuenta, pese a que solo había hecho dos transferencias por 13.526 euros y pequeñas compras.
La Audiencia Provincial la condenó en junio a dos años de prisión y una multa de 2.400 euros por un delito de apropiación indebida, aplicando la atenuante de alteración psíquica. Además, la mujer deberá indemnizar con 56.000 euros a la víctima.
El tribunal consideró probado que la procesada, “prevaliéndose de la confianza de la denunciante, hizo un uso indebido de la tarjeta, primero distrayendo pequeñas cantidades y, más tarde, apropiándose de todo el saldo”.
La defensa recurrió la sentencia ante el TSJN, pidiendo la absolución, mientras que la Fiscalía solicitó mantener la condena. Finalmente, el Tribunal Superior ha ratificado la resolución, reduciendo solo 70,18 euros la cantidad defraudada, que queda fijada en 55.929,82 euros.
En su fallo, la Sala destaca que la versión de la víctima fue “creíble y mantenida”, y coincide con la investigación policial, que analizó los movimientos bancarios y las operaciones sospechosas. Una empleada de una sala de juego también confirmó que la acusada era quien realizaba las transacciones.
El TSJN concluye que la víctima no conocía ni autorizó las operaciones bancarias, y que fue la acusada quien “utilizaba la tarjeta para su propio beneficio, retirando efectivo, jugando en locales de azar y ordenando 63 transferencias a su cuenta personal”.