Las dudas sobre si España sería capaz de cumplir con los objetivos de déficit marcados para cada ejercicio por la Unión Europea han sido una constante.
El jueves tuvo lugar en Moncloa una reunión entre el Gobierno y los llamados agentes sociales. El presidente del Gobierno y la ministra de Empleo se sentaron a una mesa con UGT, Comisiones Obreras y las patronales CEOE y CEPYME.
El gobierno tiene que elaborar unos Presupuestos Generales del Estado que, además de ser verosímiles en sus previsiones de ingresos y gastos, cumpla con el objetivo de déficit público pactado con la Comisión Europea.
Los hombres de negro han llegado a Grecia para supervisar el desarrollo de las medidas impuestas para obtener el último rescate y hoy miércoles Bruselas decidirá si congela los fondos estructurales y de inversión comprometidos con España y que rondan los 1.200 millones de euros.
El jueves arranca formalmente la legislatura en el Congreso de los Diputados, pero el gobierno no ha parado desde que Mariano Rajoy consiguiera ser investido y días después nombrara a los miembros de su ejecutivo.
La frase es del nuevo ministro de Asuntos Exteriores del gobierno. Lo dijo ayer en su toma de posesión y creo que refleja bastante bien lo que acaba de ocurrir.
La investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno es ya cosa hecha. El Comité Federal del PSOE aprobó el domingo pasado por amplia mayoría abstenerse en segunda votación.
El gobierno lleva 300 días en funciones. El calendario político aprieta. El 31 de octubre o Mariano Rajoy ha pasado la investidura con nota o se disolverán las Cámaras.
La Unión Europea no pierde el tiempo. Mientras en España aún estamos sin gobierno, nuestros socios parecen pasar y nos vuelven a pedir que cuadremos las cuentas públicas.