• viernes, 19 de abril de 2024
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Opinión / San Fermín

Cuatro de abril: José Galle

Por La escalera fotográfica de Aliaga y Nagore

Hoy rendimos homenaje a José Galle, cronista gráfico de la actualidad navarra durante décadas, con su foto más conocida y reproducida. Sin embargo, en su momento esta instantánea no se publicó, bien por su fuerte dramatismo, o tal vez, para no contrariar a la autoridad competente. Lo más sorprendente es que la imagen, debidamente manipulada, se utilizó para criticar al régimen franquista.

08/07/1939 ‘Liebrero’ embiste a la niña de diez años Aurelia Larequi. Su madre Clara Herrera se ha caído, está de rodillas con el bolso en el suelo (Foto José Galle Gallego, Colección Municipal, Archivo Municipal AMP002178).

De todas las fotos del encierro de Pamplona que conocemos, la tomada por José Galle Gallego el 8 de julio de 1939 (Foto 2) es una de las más dramáticas. Estamos acostumbrados a que un toro cornee a un mozo en el trascurso de la carrera, al fin y al cabo, quien participa en el encierro sabe a lo que se expone y asume el riesgo. Ahora bien, en aquel segundo encierro de fiestas ocurrió algo terrorífico e inconcebible: un toro, de nombre ‘Liebrero’ de Sánchez Cobaleda, se coló en la zona del público embistiendo a una niña de diez años y corneando a su madre.

08/07/1939 ‘Liebrero’ arremete con fuerza contra el vallado. FOTO: José Galle Gallego, Colección Arazuri, Archivo Municipal.
FOTO 1. 08/07/1939 ‘Liebrero’ arremete con fuerza contra el vallado. FOTO: José Galle Gallego, Colección Arazuri, Archivo Municipal.

Aurelia, la pequeña que corre a escasos centímetros del astifino ‘Liebrero’ (Foto 2), era la benjamina de los Larequi-Herrera, cuyo padre tenía la responsabilidad de Arbitrios Municipales. La chiquilla estaba viendo el encierro en compañía de cuatro hermanos y su madre Clara Herrera; de pronto, el Sánchez-Cobaleda arremetió violentamente contra el vallado (Foto 1) rompió el travesaño, y sucedió lo inimaginable: franqueó la barrera y embistió al público. La Foto 2 muestra el terror y la angustia de los espectadores que huyen despavoridos.

08/07/1939. ‘Liebrero’ embiste a la niña de diez años Aurelia Larequi. Su madre Clara Herrera se ha caído, está de rodillas con el bolso en el suelo. FOTO: José Galle Gallego, Colección Municipal, Archivo Municipal.
FOTO 2. 08/07/1939. ‘Liebrero’ embiste a la niña de diez años Aurelia Larequi. Su madre Clara Herrera se ha caído, está de rodillas con el bolso en el suelo. FOTO: José Galle Gallego, Colección Municipal, Archivo Municipal.

En la desbandada, doña Clara tropieza y cae, quedando de rodillas; parece ser que para evitar la cogida de la hija cita a ‘Liebrero’. El hecho es que el morlaco cambió la trayectoria,  asestando un par de cornadas a la madre: una en la ingle y otra en el glúteo. En la Foto 3, observamos a la madre, ya malherida, que yace en el suelo en la zona de taquillas de la plaza, mientras que la otra hija, María Jesús, con cuello blanco, escapa con el bolso de su madre en la mano.

Doña Clara fue trasladada a la enfermería de la plaza; se recuperó totalmente gracias a la eficaz intervención del doctor Juaristi y a un mes de convalecencia hospitalaria. Por su parte, ‘Liebrero’ pagó cara su osadía, un guardia civil acabó con su vida de un certero tiro.

08/07/1939 La madre, Clara Herrera, yace herida en el suelo, María Jesús Larequi escapa con el bolso de su madre. FOTO: José Galle Gallego.
FOTO 3. 08/07/1939 La madre, Clara Herrera, yace herida en el suelo, María Jesús Larequi escapa con el bolso de su madre. FOTO: José Galle Gallego.

Al día siguiente, los hechos no fueron tratados del mismo modo por la prensa local. Arriba España (AE), cabecera nacida de la incautación de las instalaciones de La Voz de Navarra (PNV) por Falange Española, no describe nada de lo ocurrido. La crónica del encierro la inicia con “Ayer fue otra cosa emoción, efectos insospechados y por insospechados imperdonables”. Sin dar explicaciones del toro escapista, finaliza con el siguiente consejo: “Doble vallado, doble vallado y doble vallado. Nada más, y todo resultará bien, ya lo verán ustedes”.

El rotativo carlista El Pensamiento Navarro (EPN) comienza con un pronóstico acertado: “Gran suceso lector. Esta y todas las generaciones que nos sucedan hablarán del encierro del segundo día de los ‘Sanfermines’ de 1939”. Explica una posible causa de lo sucedido: “Un individuo agazapado en el vallado, le llamó con un sombrero. A éste fue el toro, y empitonó las tablas con coraje, rompió las vallas y salió en dirección a la derecha hacia la puerta grande de la Plaza”. Relata que agentes mataron al toro; pero omite las dos cornadas a Clara Herrera. Insiste en el doble vallado y califica el suceso de “un incidente inesperado que no tuvo mayores consecuencias”.

Finalmente, el ejemplar de Diario de Navarra (DN) plantea otra causa de lo ocurrido, “arremetió por el mismo sitio que el día anterior pegó un toro de Domecq y se coló por el hueco de dos tableros que rompió a cornadas”. Describe con precisión lo ocurrido, sin omisiones. Desvela que el suceso generó una desbocada rumorología que circuló por la ciudad: “la fantasía se desbordó después en proporciones gigantescas hablándose de gran número de heridos y hasta de muertos”. Lo inconcebible, con la mentalidad actual, es que DN que, a buen seguro, disponía de las fotografías (Foto 2 y Foto 3), al ser Galle colaborador habitual, no las publicó.

De cualquier modo, José Galle como buen comerciante no renunció a la fotografía, y pasado un tiempo la exhibió en su tienda de la calle Mercaderes para la venta y como reclamo de la marca. Los fotógrafos foráneos que venían a Sanfermines, ante la dificultad de obtener buenas instantáneas del encierro, compraban copias en los fotógrafos locales para complementar su trabajo, y finalmente eran publicadas en revistas o libros extranjeros.

Ese es el caso de la Foto 2 y la Foto 3 que aparecen en el libro Guerre à la tristesse (Robert Delpire, 1955) autor Dominique Aubier, con otras ocho fotografías del encierro de José Galle –una de ellas es la sobrecubierta-. El libro se basa primordialmente en las famosas fotos de Inge Morath tomadas en los Sanfermines de 1954.

Ocho años más tarde, la Foto 2 se reprodujo en el libro Los Sanfermines (Espasa Calpe, 1963) con fotografías de Ramón Masats y textos de Rafael García Serrano. La encontramos también en libros de autores locales: Historia de los Sanfermines II (Pamplona 1983-1993) de José Joaquín Arazuri; El encierro de Pamplona (Elkar, D.L. 1995) de Javier Solano; y Sanfermines Sanferminak (Ikastola San Fermín, D.L. 2000) de Fermín Erbiti y Javier Manero.

La Foto 2, por su fuerte dramatismo, se utilizó en los años 50 para criticar al régimen franquista. En 1950 una revista francesa la manipuló recortando el toro y sustituyéndolo por policías. Bajo el título SAUVAGE REPRESSION FRANQUISTE (Represión salvaje del franquismo) se encontraba el texto “Franquistas disparan contra la multitud indefensa durante las últimas huelgas provocando un buen número de muertos y heridos. Un escenario de brutal represión”.

Esta foto también ha servido para criticar al encierro de Pamplona. Así en 1955 la revista Semana en el número 803, citando haber sido tomada en fecha reciente, describe: “Una niña que huye asustada ante la cercana amenaza del animal desmandado se encuentra sola delante de los cuernos”. Finaliza con la pregunta “¿Dónde están los padres de la niña?

Aquella niña, Aurelia Larequi, cuando tenía 89 años, fue entrevistada por su sobrino nieto, Javier Larequi, para Navarra.com. Al año siguiente, falleció, con ella desapareció el último vestigio de los Larequi-Herrera que protagonizaron aquella tremebunda pesadilla.

Evidentemente el suceso de ‘Liebrero’ precipitó la necesidad -insistentemente demandada por la prensa- de un doble vallado. Finalmente se instaló en todo el recorrido en 1942, reforzando partes con hierro. En la bajada al callejón a ambos lados se construyó una balaustrada de separación con el público.

Con la vista puesta atrás nos preguntamos ¿por qué la prensa local hizo un tratamiento tan dispar de la noticia? En primer lugar debemos asumir el contexto social que se vivía: tres meses antes había finalizado la Guerra Civil. El exultante régimen franquista denominaba a 1939, el Año de la Victoria. Es obvio que en la recién inaugurada España de Franco un suceso tan truculento no era bien recibido. La prueba fehaciente es que AE, que pertenecía a Prensa del Movimiento y representaba la postura oficial del régimen, no trató la noticia.

De todos modos, la actitud del periódico falangista no era la más apropiada para atajar los bulos que circularon aquel día; la falta de información daba rienda suelta a la imaginación colectiva. El carlista EPN se quedó a medio camino, intentando quitar importancia al suceso y ocultando que había habido una persona del público corneada. En lo que respecta a DN actuó responsablemente describiendo fielmente la noticia, pero ¿por qué no publicó las fotos?

El asunto de las fotos es muy diferente a la noticia escrita, las imágenes revisten de un dramatismo espeluznante, que además de deteriorar la imagen de nuestras fiestas, evidencian un fallo de seguridad. DN que nunca se ha caracterizado por ser sensacionalista, rechazó su publicación probablemente por no contrariar a la autoridad competente. 

Pasados los años, de todas las causas de la rotura del vallado que se plantearon, prevalece la hipótesis y se mantiene como más verosímil, el deterioro por humedad durante casi tres años de inactividad debido a la Guerra Civil. No obstante, hay un video de Patxi Mendiburu en el que combina un film de PTV con las fotografías de José Galle, en el que observamos que la rotura del tablón parece ser más una consecuencia del poderoso ímpetu del Sánchez Cobaleda que del desperfecto de la madera.   
 

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