• martes, 17 de junio de 2025
  • Actualizado 17:08

Opinión

El otro día Pere habló de la vida vivida y la vida pensada y llevo toda la semana dándole vueltas a esa diferencia entre lo que vivimos y lo que queremos vivir. La vida pintada sería la mezcla, lo que creemos vivir.

Nuestros valles y pueblos están envejecidos y esto está íntimamente relacionado  con la despoblación. Las inversiones  no son suficientes para evitar ver como desaparecen los niños de las escuelas y las voces sabias  de los de mayores  nuestras calles. 

Esta era la frase con la que cerrábamos las conversaciones cuando analizábamos algún proceso operacional, si eran profesionales, o cuando comentábamos algún chascarrillo, sobre todo de relaciones personales.

“El Coletas come lubina y los agricultores en la ruina”. Eso decía una pancarta e una de las manifestaciones de agricultores de esta semana. Cada uno ejerce la presión como puede, lo malo es confundir las responsabilidades, ¿no creen?

Doce o catorce días después, ya he perdido la cuenta, seguimos en el mismo punto. Miles de toneladas de residuos altamente tóxicos descontrolados, dos trabajadores desaparecidos y un cargamento de preguntas que nadie desde el PNV quiere responder.

Temporada prácticamente hecha. Los tres puntos dejan la permanencia al alcance de la mano, pero la victoria en San Mamés no será tan recordada por los puntos como por el escenario de la victoria. De nuevo, y ya había llovido, el equipo navarro enmudeció al de Bilbao.

Sí, ese invento tan sencillo que se pone en el parabrisas y abre la barrera de la autopista y los parkings sin tener que parar. No lo llamaría ya innovación, pero es que a veces ni para eso estamos preparados.

Hoy es el santito del amor. Ah, el amor. Love is all around... hasta el aburrimiento. Ojalá hubiera sido la original de los Troggs y no la versión de Wet, Wet, Wet la que perdurara, pero ni en eso tenemos suerte.

Dice la RAE que referente es el término modélico de referencia. Es decir, el espejo en el que mirarse, la inspiración, lo que nos marca el camino. Aparentemente van cambiando según pasa el tiempo, lo que no es tan cambiante es su repercusión.

Es un auténtico abuso de poder o desprecio a los más elementales principios democráticos del Estado de Derecho el eslogan del dialogo, que enarbola este Gobierno.

La muerte de Kobe Bryant y la alerta por el coronavirus han puesto esta semana la muerte otra vez en los titulares. Ese miedo irracional que nos entra cuando la muerte sacude pero, ¿es el hecho de morir o lo impredecible de la muerte lo que nos inquieta?

No es cuestión de que segundas partes nunca sean buenas, sino más bien de tener la motivación suficiente para intentarlo de nuevo, porque casi nunca es verdad que nos enfrentemos a lo mismo dos veces. La situación y nosotros mismos hemos cambiado. Lo que hacen falta son razones. Y esperanza.

A Gregorio Ordóñez el nacionalismo vasco lo asesinó no solo por ser del PP, que también, sino porque era un líder que trascendía a su partido, incluso a su ciudad. Lo mató porque era libre y por querer que sus vecinos fueran igual de libres, es decir, era peligroso para el régimen.

El Parlamento, hogar de la soberanía popular navarra, es un lugar en el que la palabra cobra una gran relevancia. Pero, ¿son aquellas personas que trabajan en él o simplemente participan en sus debates conscientes de ello? Les ahorro el tiempo de reflexión: no.

Parece como si a Osasuna le han cogido la medida. El Valladolid supo jugarle con relativa facilidad. Salió un partido tan igualado como plano. Resultan más interesantes algunos de los últimos movimientos del ‘factotum’.

A quienes les haya tocado gestionar proyectos o ayudas, seguro que se acuerdan de HORIZONTE 2020, un programa europeo para potenciar proyectos de investigación e innovación, del 2014 al 2020, ¿se acuerdan? Pues ya estamos en el horizonte. Qué cosas.

Cerramos el año, otra vez, esta vez también década. Parece que esto le da más importancia al cierre, como de acabose total. Pero la realidad es más simple, el primer día del año solo será el día siguiente a otro. Habrá que seguir intentándolo, con el año no se acaba nada. Ojalá fuera así a veces.

No hace falta que nos contemos todo. Estoy por sacar una línea de camisetas con la frase, o tatuármelo en la frente. Qué necesidad de ir por la vida de sinceros, que no, que la verdad muchas veces no es la misma. Basta de confundir sinceridad con necesidad de autoafirmarse.

A veces se me olvida cuánto me gusta escribir. El acto de hacerlo. Sin preocuparme de que quede bien o mal, de si dice algo concreto o lo deja todo en el aire, volando.

Osasuna combatió hasta el final, también compitió, e incluso dejó buena imagen, pero en el Metropolitano se impuso la lógica. Solo el fichaje de Morata costó más que el pago anual de la plantilla rojilla. Y por otros ha pagado tres veces más.

¿Cuántos socialistas honorables que no querían pactar con ETA tuvo que matar ETA para que corriera el escalafón hasta llegar a estos miserables socialistas que hay hoy, que negocian con el partido de la ETA hasta los presupuestos de Navarra? 

Osasuna no podía alargar estadísticas hasta el infinito. Algún día se romperían y sucedió ante el equipo de Bilbao, el Athletic Club. No hicieron nada los bilbaínos, pero los rojillos tampoco tuvieron su día y, además de las ausencias, jugaron como acomplejados.

La semana que viene hará sesenta y cuatro años desde que Rosa Parks se negó a levantarse y ceder su asiento en un autobús a un blanco. 

Ya es oficial. El bilingüismo en el País Vasco ha muerto. El gobierno vasco, formado por el PNV y sostenido por el PSOE, ha decretado que los ayuntamientos podrán dirigirse al ciudadano solo en euskera.

Se confirma que Pablo Iglesias no se va a dejar joder la vicepresidente con la que sueña por una minucia de mil millones de euros y de este tema poco más o menos ha dicho lo mismo que el PSOE, que son cosillas del pasado, cosas del bipartidismo.

Es la definición perfecta para este movimiento de neopropuestas de mejora que no son otra cosa que volver aquello que negamos para parecer modernos. O somos una sociedad sin memoria, o una sociedad imbécil o, ojo peligro, ambas son ciertas.