Con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas, pocos placeres son tan refrescantes como disfrutar de un buen helado. En Pamplona, las heladerías cobran protagonismo y se convierten en uno de los destinos más buscados por vecinos y turistas. Según las valoraciones de los usuarios en Google, hay algunas muy bien valoradas en la capital navarra.
Ya sea para tomar un cucurucho mientras se pasea por el centro o para sentarse a saborear con calma una tarrina de su sabor favorito, la ciudad ofrece una amplia variedad de propuestas para todos los gustos.
Entre esa oferta, algunas heladerías han conseguido destacar especialmente por su calidad, su historia o su originalidad. Artesanía, producto local y recetas que mezclan tradición e innovación son los ingredientes comunes de estos establecimientos que ya forman parte del paisaje veraniego de la ciudad. Estas cinco son algunas de las mejor valoradas.
Situada en el número 10 del Paseo Sarasate, Heladería Nalia fue fundada en 1939 y es la más antigua de Pamplona. En 2021 se trasladó a su ubicación actual, donde unificó la heladería y el obrador, permitiendo a los clientes observar cómo se elaboran sus helados de forma artesanal.
Su carta incluye desde sabores clásicos como chocolate o nata hasta otros más innovadores como el helado de flor de higuera o el de queso azul con higos. Elaborados con ingredientes naturales y de cercanía, también ofrecen opciones sin gluten y sin lactosa, pensadas para personas con intolerancias o necesidades.
Con locales en las calles San Nicolás número 3 (junto a la Plaza del Castillo) y García Ximénez número 5, esta heladería familiar comenzó su andadura en 2008 y se ha consolidado como una de las más reconocidas de la ciudad.
Sus propietarias, Ana y Marta Larramendi, apuestan por sabores inspirados en la gastronomía navarra, como el de queso Idiazábal con membrillo y nueces. Utilizan leche fresca de Navarra y otros ingredientes naturales. Ofrecen una amplia variedad de sabores, disponibles en cucuruchos, tarrinas y envases para llevar de distintos tamaños.
Ubicada en el número 66 de la calle San Nicolás, Elizalde también es cafetería y pastelería. Entre sus helados artesanales destacan sabores como after eight (a base de crema de menta y trozos de chocolate negro), dulce de leche argentino, avellana o su curioso helado de tomate.
Además, es muy conocida por sus mantecadas, elaboradas según la receta tradicional de Casa Salinas. Y no solo eso: muchos clientes se acercan también por su tortilla de patata, premiada en varias ocasiones, lo que convierte este establecimiento en una parada variada y completa en pleno Casco Viejo.
Con más de 75 años de historia, esta heladería se encuentra en la calle de la Media Luna número 12. En marzo de 2024 abrió su segundo local en Pamplona, en la Plaza del Castillo, en la esquina con la calle San Nicolás.
Ofrecen más de 30 sabores artesanales que van rotando a lo largo de la temporada. Entre ellos, destacan los tropicales, como mango o piña, así como opciones más modernas como Oreo o Kinder Bueno. También mantienen clásicos como el helado de turrón o el de tutti frutti. Durante los Sanfermines, sorprendieron con propuestas como un polo de calimocho.
Ubicada en el número 79 de la calle Estafeta, Amorino es una cadena nacida en París con presencia internacional que ha calado entre los pamploneses y turistas por su cuidada presentación: sus helados se sirven en forma de flor.
Los productos de Amorino se elaboran con ingredientes 100 % naturales, sin colorantes ni aromas artificiales. Su carta incluye sabores como pistacho de Bronte, vainilla de Madagascar, chocolate ecuatoriano o sorbetes de frutas como mango, limón o frambuesa. Además, ofrecen gofres, macarons helados y otras opciones para quienes buscan un capricho dulce más completo.
Estas cinco heladerías destacan por sus valoracones en Google, y también por la fidelidad de sus clientes. Durante los meses de más calor, estos locales suelen registrar una gran afluencia, por lo que conviene tenerlos localizados si se quiere disfrutar de un buen helado en Pamplona.
