Mikel Osés Echeverría es un pastelero de 47 años que, junto a su mujer Claudia Andrea Morales, de 45, abrió una pastelería y cafetería en la que elaboran a diario en su obrador los productos de forma artesanal.
Se trata de Confituras, situada en la Calle Serafín Olave, número 19, en el barrio de Iturrama. Es un establecimiento que está cerca de otros que hemos conocido en esta sección de comercio local, como la peluquería Subirats de Mercedes, la pamplonesa que ya conoce la fecha para cerrar su tienda después de 41 años, o el nuevo restaurante Nómada, que triunfa con el plato de callos y morros con bacalao.
Mikel Osés se inició como pastelero en El Obrador, la mítica pastelería que se situó en la Calle Aoiz y también en Iturrama, y que cerró hace unos años. Antes de eso, aprendió en la pastelería Totel de Paco Torreblanca, quien ha sido elegido mejor pastelero de España en varias ocasiones, y también del mundo. En el año 2012, decidió abrir su propia pastelería.
En ella, conserva las bases de lo que aprendió junto a los mejores pasteleros. "Sigo la línea que me enseñaron de la pastelería francesa. En ella, se respeta mucho la materia prima. Y se diferencia de la pastelería americana", explica el propietario.
Además, los productos se realizan a diario, de forma artesanal y sin incluir ningún tipo de conservantes. Todos los días, Mikel Osés comienza a trabajar a las 4 de la mañana para poder producir la repostería necesaria.
"A mí me gusta el día a día. Me gusta trabajar en el obrador, sacar del horno los productos y que huela a mantequilla", asegura. Las jornadas se hacen más intensas cuando se acercan las navidades y las fechas de elaborar los roscones de Reyes.
Trabajando de esta forma, y con las aptitudes del pastelero, Confituras ofrece una amplia gama de productos que apasionan hasta a los menos amantes del dulce. En cuanto a la bollería, los lazos y su sabor a mantequilla natural son los más solicitados.
También gustan mucho a los clientes las tartas que elabora. En especial, la de chocolate y la de milhojas de crema y nata. Aunque la tarta de almendras tampoco pasa desapercibida. Además, elaboran a diario pastas de té, trufas y diferentes tipos de chocolates. Por ejemplo, tiene gran aceptación el chocolate con naranja.
"De normal, los pasteleros que conozco me dicen que no suelen comer mucho de lo que elaboran. Yo sí que como. Me gusta mucho. Hoy he desayunado una caracola, por ejemplo. A mí me gusta todo lo que hago, y por eso lo hago", explica Mikel Osés.
Confituras ofrece además la posibilidad de acompañar sus productos elaborados a mano de diferentes cafés, pinchos o zumos que venden en la barra. Además de sus bollos, que también los realizan en el obrador. La cafetería abre todos los días de la semana de 7 horas de la mañana a 9 de la noche, sin interrupción.
Esta combinación ha hecho que Confituras se haya consolidado con el paso de los años y tenga una clientela habitual. "Esta zona es muy buena. Nos gusta mucho porque pasa mucha gente, y cuando entran y prueban nuestros productos, generalmente repiten", explica el pastelero.
Sin embargo, todavía hay muchos vecinos del barrio que desconocen su elaboración a diario y de manera artesanal. "A veces, a mí que trabajo más de cara al público, me preguntan a ver de donde sacamos los productos. Cuando les explico bien que son de nuestro obrador y que los ha elaborado el pastelero, ya lo entienden. Y suelen volver a por más", explica Claudia Andrea.
A pesar de ello, la pareja se muestra muy orgullosa de haber abierto la cafetería y pastelería en el barrio de Iturrama, y ye tienen en mente una reforma del local para atender a sus clientes de la mejor manera posible.
