El restaurante Nómada de Pamplona ha abierto sus puertas desde hace pocas semanas tomando el testigo del que fuera restaurante Iñaxio, cerrado hace años. Totalmente renovado, moderno, con más luz y una cocina tradicional de calidad a muy buen precio.
Está situado en la calle Abejeras 51 en el barrio de Iturrama. Muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en este apartado de comercio local en la capital navarra.
Como es el caso por ejemplo, del centro de belleza Impacto Estilistas que lleva treinta años abierto, o el conocido bar restaurante Vía Veneto que dirige Iñaqui Landa en la calle Padre Barace 1.
Tres jóvenes navarros se han lanzado a una aventura gastronómica en Pamplona. Se trata de Igantzi Jáuregui Ezkurra de 35 años, Ekaterina Legarra Sádaba de 36 y Adrien Preciado Sánchez de 35.
Han remodelado por completo el local y tras la apertura a final de septiembre están muy contentos: "Hemos tenido muy buena acogida con los clientes y con los vecinos. Los fines de semana estamos llenos. Entre semana se está moviendo muy bien con bastantes reservas", aseguran.
Hay menú del día a 18 euros de martes a viernes y hay carta todos los días: "Lo que está teniendo mucha aceptación es el plato de bacalao con callos y morros. A la gente le choca un poco. Es como mar y montaña. Es un guiso que lleva encima un taco de bacalao confitado", señalan.
También tiene cosas curiosas como el Sushi crispi, "un arroz del Sushi frito y encima lleva un tartar de atún rojo". El Pan bao "que es un pan de leche que va con papada ibérica, salsa picante y verduras".
Otros platos muy demandados son "el Risotto de pulpo y cigalas, y otros arroces de carabineros, además del cochinillo, las chuletas y el solomillo que son platos más tradicionales", indican.
No se trata de un restaurante 'de batalla'. Todo lo contrario. Incluso el menú del día "es un menú muy cuidado, elaborado con carne, pescado y verdura fresca. Decorado con flores. Bien emplatado. Muchos nos dicen que les parece una carta y no un menú del día".
La idea de recuperar el local fue un ofrecimiento que le llegó a Igantzi Jáuregui. "Conocía a Ekaterina y Adrien, que nos conocimos en la escuela de hostelería. Les ofrecí la idea de juntarnos y darle vida este local".
"Nada más entrar por la puerta nos encantó. Pequeño y acogedor, como nosotros queríamos. Vimos que la cocina estaba muy bien, grande. Nos miramos y dijimos que era la oportunidad de empezar. Vamos a intentarlo en Pamplona", explica Igantzi que ya tiene un restaurante en Echarren (Iratzar) desde hace doce años y tiene la experiencia de arrancar.
Los tres son cocineros, pero son Ekaterina y Adrien "que son unos máquinas" los que cocinan en el restaurante de Pamplona con dos chicas que les ayudan atendiendo a los clientes en las mesas.
Un comedor con una ventana nueva que da a la calle. "Todo pintado de blanco con más luz. Queríamos algo acogedor, pequeño, familiar y con calidad. Muy nuestro. Con una carta de vinos que es muy especial". concluyen.
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