La movilidad sostenible es el futuro, y la empresa Eko Movilidad Sostenible ha abierto para ofrecer la venta, actualización y reparación de distintos transportes para todas las edades.
Hace 18 años, Wilman Patricio Arpi Nieves (Ecuador, 1990) aterrizó en Pamplona y, tras trabajar en distintos ámbitos no relacionados con el mundo de la movilidad eléctrica y conocer a Mónica Joseline Guillén, nicaragüense de 29 años con la que actualmente comparte negocio y vida, se vinculó hace cuatro años a una empresa relacionada con el sector en la que conoció de cerca un mercado en auge: la bicicleta y el patinete eléctrico.
Este año, para plasmar sus proyectos de futuro y poner en práctica su experiencia, ha decidido abrir por su cuenta; y lo ha hecho hace dos semanas en la Avenida de la Baja Navarra 22.
Ofrecen todo tipo de reparaciones en patinetes, bicicletas, scooters y hasta motos (cambio de cámaras, cubierta, centralitas, renovación de baterías, adaptación de baterías, problemas con el motor...), y no solo están enfocados en estos nuevos modelos, sino que arreglan también los no motorizados.
Su horario actual es de 8.30 a 13.30 horas por la mañana y de 10.00 a 19.00 horas a las tardes, aunque es a última hora del día cuando más movimiento están teniendo porque la gente sale del trabajo y les conoce.
Una de las características que les diferencia de otras tiendas energéticas es que, además de la reparación de transportes y la venta de patinetes (que irá a más una vez logren asentar el negocio), realizan la instalación de kits eléctricos en bicicletas normales a un precio aproximado de 600 euros que puede variar en función del rendimiento de la batería.
"La venta de patinetes de este tipo está en auge, y creo que sólo puede ir a más. Es un negocio que nos encanta y nosotros mismos nos movemos con patinete, por lo que decidimos correr el riesgo de abrir una tienda ahora que la pandemia va terminando y la gente empieza a tener nuevamente algo de colchón económico", comentan destacando que a lo que más se están animando es a instalar un motor en su bicicleta, ya que comprar las bicicletas con motor incluido puede valer mínimo 1.000 euros.
También ofrecen varios tipos de cargadores en la tienda de 24, 36, 48, 60 y hasta 72 voltios. Los más rápidos tardan en cargar el patinete en torno a cuatro o cinco horas y tienen un precio medio de 30 euros, siendo más baratos los que más tardan.
La acogida ha sido bastante buena, y están realmente contentos por el interés mostrado por la sociedad navarra. "La gente entra, pregunta, se interesa... Hemos tenido varias reparaciones y renovaciones y la verdad es que de momento no podemos quejarnos", analiza señalando que con el comprador tratan de ser muy cercanos (explicando siempre hasta el último detalle de lo que le cobran) y Joseline Guillén, pese a que lleva muchos años trabajando de cara al público, ha terminado recientemente un curso de atención al cliente de cuatro meses para fortalecer vínculos con los desconocidos que acuden interesados.
"Por los patinetes, la masa de edad que está acudiendo es principalmente joven, aunque los menores de dieciséis años lo tienen prohibido. También vienen personas mayores con sus carritos para que les arreglemos un pinchazo o les cambiemos la batería, por lo que llegamos a casi todos los públicos", apuntan mientras afirman que la tarea que más realizan a diario es la reparación de patinetes eléctricos, especialmente para ponerles ruedas macizas, que no se pinchan aunque generan más vibración al conducir.
Ahora ofrecen solo un modelo de patinete nuevo, pero debe solicitarse vía online. En un futuro, además de vender más variedad, les gustaría tener algún modelo en la entrada para que los interesados pudiesen probarlo, pero de momento sólo piensan en asentarse.
"El tiempo medio de reparación suele ser de una hora. tratamos de hacerlo en cuanto nos lo dejan, ya que entendemos que son objetos de gran valor que las personas utilizan casi a diario para su día a día en muchos trabajos. Con tareas más complejas como la introducción del motor tardamos al rededor de uno, dos o tres días máximo", comenta matizando que en estos casos deben pedir el kit eléctrico a su proveedor (lo proporcionan de Barcelona y Valencia) y luego realizar la reparación en un taller que han organizado allí mismo.
En cuanto a la legislación actual en torno al uso de estos transportes, ahora mismo es obligatorio el uso de casco, andar por la carretera a no ser que se disponga de carril bici y no pasar de 25 kilómetros por hora. Tampoco pueden superar los 250 vatios, llevar acelerador o incluir asiento en patinetes. Consideran que, si realmente el Gobierno quiere apostar por la movilidad sostenible y proteger el medio ambiente, debería dar más facilidades para que se pueda viajar en vehículos electrónicos.
"Ahora mucha gente se mete por las aceras por miedo a que los coches les coman. Deberían hacer más carriles bici o dejar un carril de la carretera para taxis, autobuses y estos transportes como ya hacen en ciudades grandes estilo Madrid", cometa contrariado por la inviabilidad de querer fomentar el transporte ecológico frente a la falta de alternativas.
Creen que estos instrumentos no son solo el futuro, sino que ya forman parte del presente y en poco menos de dos años se irán viendo más transportes eléctricos que sustituirán del todo a los coches diésel. En los próximos meses, tienen pensado ir actualizando todo el stock e ir incorporando, además de nuevos accesorios, bicicletas y patinetes para vender físicamente ya que muchos de los que les visitan lo demandan.
Respecto al valor diferencial de la empresa, consideran que la relación calidad-precio es realmente buena y la comunicación excelente. "Siempre tratamos de explicarle al cliente el porqué de hasta el último céntimo que le hemos cobrado. Además, muchas tiendas de este estilo suelen aprovechar que no es habitual encontrarse varias por la ciudad para inflar los precios, pero es algo que evitamos", comenta orgulloso remarcando que están contentos con el local por la ubicación y visibilidad que tiene desde fuera.
En un futuro, el objetivo principal es que la instalación en Navarra funcione adecuadamente. A largo plazo, si el negocio va en auge y pueden permitirlo darán el salto a Logroño, capital cercana que aún no cuenta con tiendas de este estilo.
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