La falta de relevo, las grandes superficies y la 'invasión' de fruterías extranjeras en Pamplona está dejando el sector con muy pocas tiendas tradicionales. En algunos barrios de la ciudad ya no queda ninguna.
En un barrio muy popular de la capital navarra, como es La Milagrosa, solo quedan dos: la frutería Gayarre, situada en la calle del mismo nombre, y la tienda de fruta y verdura Bretón en la avenida de Zaragoza 40.
Están muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en este apartado de comercio local, como es el caso de Cortinas Percol donde trabajan seis hermanos, o de la Bodega Núñez que ya tiene completos los almuerzos para San Fermín.
María Ángeles Bretón Sainz y Pili Clemente Sánchez atienden a los clientes y no les falta trabajo. Conocen a todo el barrio, y además un hermano de María Ángeles, José Luis, abrió la frutería 'De Aquí' en la calle Esquiroz 22 y otra con el mismo nombre en la calle Martín de Azpilcueta.
María Ángeles Bretón tiene 56 años y procede de la localidad riojana de Rincón de Soto. "Llevo en esta frutería desde 2003. Tengo otra en Orvina desde hace casi 30 años y en la Chantrea está mi hija y lleva 28 años. Llevo con la fruta toda la vida por los mercadillos de Pamplona. Ahora cada uno lleva su propia frutería.
Empezó trabajando "con mis padres Ángel Bretón e Isabel Sainz, y luego los tres hermanos. Yo aquí, José Luís con las dos tiendas en Iturrama y San Juan, y Raúl que tiene otra frutería en Tafalla. Hemos trabajado mucho y estamos contentos. Es lo que nos ha enseñado mi padre y lo que sabemos hacer".
En cuanto a la invasión de fruterías extranjeras, señala: "Hay mucha competencia de extranjeros pero tendremos que seguir. Traemos todos los días el producto fresco de Navarra y de La Rioja y el trato es bueno. A la gente le gusta el producto y viene mucha gente".
En cuanto al relevo familiar, indica: "Mi hija Rebeca sí que va a seguir y se ha quedado una tienda. El hijo no porque está trabajando en Barcelona de lo que ha estudiado, y mis sobrinos también seguirán en el negocio", asegura la dueña de la tienda.
María Ángeles no entiende el cierre de algunos comercios: "Da pena que cuando va bien un negocio en Pamplona lo tengas que cerrar. Es una pena que la gente prefiera ir a una fábrica y no estar en un negocio de estos donde puedes tener un sueldo un poco mejor".
No se plantea un cambio: "Yo llevo toda la vida con mi padre, mis hermanos y mi marido por los mercadillos. Soy feliz con lo que hago. Es lo que se hacer". En cuanto al comercio local del barrio señala: "Hay mucha competencia de supermercados. Está difícil".
"Aquí estamos contentos. Hay temporadas mejores y peores como toda la vida. Toda la vida es lo mismo. Ahora que llega San Fermín, no es un buen momento: "La gente se va a los pueblos y esto se queda más tranquilo. En verano la gente se va de Pamplona y luego vuelven a partir de septiembre", concluye María Ángeles Bretón.
