COMERCIO LOCAL
Juan lleva 26 años en un pueblo de Navarra y triunfa con sus hamburguesas: “Esto no lo cambio por nada”
Su establecimiento es un punto de encuentro donde la gastronomía local y los sabores del mundo se dan la mano.

La parrilla chisporrotea con varias hamburguesas jugosas al tiempo que el aroma especiado de un tajín marroquí inunda el pequeño local. Tras la barra, el artífice de esta singular mezcla culinaria, Juan Fidaoi, sonríe mientras sirve un plato combinado rebosante a un cliente hambriento. En este bar, cada mediodía es una fiesta de olores y sabores que invita a quedarse.
Está situado en el Paseo de los Fueros 69 de Puente la Reinas, a solo 20 kilómetros de Pamplona y apenas a otros 10 de Estella por la autovía que conecta la capital navarra con Logroño.
Fidaoi es un ciudadano de Marruecos que llegó hace 26 años a esta tierra y la ha hecho su hogar. Desde hace 8 años dirige con éxito un negocio familiar, con su mujer Suely, y cercano donde ha logrado conquistar el paladar de vecinos y viajeros. Su carisma y esfuerzo diario han transformado al bar en un referente gastronómico de la zona, un lugar donde la comida casera se entrelaza con toques internacionales.
La propuesta gastronómica de Juan es amplia y apetitosa. Ofrece un menú del día casero (por 14,50 €) con una variedad inusual: hasta ocho primeros y ocho segundos platos para elegir, siempre elaborados con productos frescos de temporada. Sus hamburguesas son ya famosas por lo jugosas que llegan a la mesa, acompañadas de patatas crujientes.
También prepara platos combinados generosos, ideales para quien busca comer bien y rápido en cualquier momento del día. En la cocina, él mismo se encarga de los fogones: conoce a fondo la gastronomía local y mima sus guisos con verduras de la tierra y recetas tradicionales, pero sin olvidar las especias y sabores de su Casablanca natal.
Pero si algo distingue al bar Valdizarbe es su servicio de comida para llevar, que triunfa entre la comunidad local. Los fines de semana, Juan recibe encargos de cuscús y tajín, platos emblemáticos de su tierra que prepara con esmero para llevar a casa. También cocina por encargo grandes paellas domingueras y pollos asados al estilo tradicional, muy apreciados por las familias de la localidad. Gracias a esta oferta para llevar, su cocina traspasa las puertas del bar y llega a las mesas de muchos hogares, ampliando aún más su fama.
Con esa dedicación, Juan se ha ganado el cariño de su clientela. Habla con orgullo de su doble raíz cultural. "Navarra me adoptó hace ya muchos años. Esto no lo cambio por nada. Aquí he podido compartir lo mejor de mi cocina con todos", comenta emocionado mientras atiende otra comanda.
En su mirada se percibe la satisfacción de quien ha encontrado en la gastronomía un lenguaje común. El bar Valdizarbe hoy es más que un bar de pueblo: es un punto de encuentro donde la gastronomía local y los sabores del mundo se dan la mano, dejando huella tanto en los peregrinos de paso como en los vecinos de siempre.
Este rincón culinario se encuentra, en realidad, en Puente la Reina (Navarra), un histórico cruce de caminos en pleno Camino de Santiago. La ubicación estratégica del bar, en el paseo principal del pueblo, lo ha convertido en un alto obligatorio para los caminantes. Peregrinos de todas partes del mundo hacen escala aquí atraídos por la promesa de un buen plato caliente y la hospitalidad genuina de Juan.
"El mejor sabor casero que encontramos en todo el Camino", asegura una peregrina francesa en una reseña, elogiando la contundencia y calidad de los platos de Fidaoi. Otro viajero destaca la fusión cultural de la carta: "Aquí probé un cuscús por primera vez y fue una sorpresa deliciosa", comenta agradecido tras descubrir esa especialidad.
Las opiniones se repiten: raciones abundantes, precios asequibles y un trato amable que hace que muchos quieran repetir la parada. "Siempre nos vamos con buen sabor de boca y una sonrisa", afirma un vecino que acude cada semana a almorzar el menú del día de Valdizarbe.