• miércoles, 12 de febrero de 2025
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COMERCIO LOCAL

El triste cierre de la única tienda de Pamplona que vendía vino a granel: "Me da mucha pena"

Vendían también otros productos ecológicos y de cercanía como legumbres, pastas, frutos secos, cereales para desayunar, aceite de oliva, vinagres diferentes y conservas.

Tienda Bodegas Mendiko en Pamplona. Navarra.com
Fachada de la tienda Bodegas Mendiko en Pamplona. Navarra.com

La tienda Bodegas Mendiko de Pamplona ha cerrado su local y ha puesto el punto final a casi quince años de vida en la ciudad. Era la única que seguía vendiendo vino tinto y rosado a granel en dos grandes depósitos dentro de la misma tienda.

La bodega Mendiko está situada en Aibar, donde elaboran vino ecológico. La tienda estaba situada en la calle José María Behobide 3, en pleno barrio de Azpilagaña en la capital navarra.

Está muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido de comercio local en la capital navarra, como es el caso de la panadería Tere que dirige Javier Galbete y está abierta desde 1959, o la perfumería Peñas de las hermanas Nieves y Mari Jose que lleva 55 años abierta.

Maite Ibero Azcárate era la persona que atendía a los clientes en la tienda de Azpilagaña, que antes de cogerla ya era una tienda de vinos desde hace casi 40 años La mayor curiosidad de la misma era el vino a granel: "Creo que somos los únicos en todo Pamplona donde se vende vino a granel".

"Es vino tinto y rosado. Es algo que se mantiene desde que lo cogimos y nos diferencia. Además, es todo ecológico y nosotros mismos somos los productores del vino", señalaba Maite en una entrevista reciente a Navarra.com.

Vendían también otros productos ecológicos y de cercanía como legumbres, pastas, frutos secos, cereales para desayunar, aceite de oliva, vinagres diferentes, conservas, pastas, dulces artesanos, miel, mermeladas, encurtidos, pacharán, etc.

Hace pocos meses pusieron la tienda en traspaso: "A ver si encontramos a alguien para que la lleve. A mi me da mucha pena pero la decisión se debe a motivos personales. Tenemos que dejarla. Lo que llevo peor es despedirme de la gente", aseguraba Maite con tristeza.

"Trabajar para uno mismo tiene cosas muy bonitas. Con la clientela haces un cariño muy grande. Esto es una gran familia. Yo empecé con 22 años y trabajar con la gente es algo muy bonito", concluye Maite Ibero.

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