Pamplona ha despedido otra tienda de las de toda la vida. Un comercio de los que daban color —literalmente— al barrio y al día a día de muchos vecinos. Tras más de seis décadas abierta, la tienda ha bajado definitivamente la persiana. No ha sido por falta de clientes ni por desinterés, sino por algo más natural: la jubilación de su propietaria.
El cierre ha llegado a la esquina de la travesía de San Juan Bosco con la calle Abejeras 7, en pleno barrio de Iturrama. Allí ha estado durante décadas la tienda Decor-Mat, un local de cien metros cuadrados que formaba parte del paisaje del barrio.
En su escaparate, un cartel anuncia el final de una época: “Cerramos por jubilación. Os atenderán en Vikarpin pinturas en la carretera de Artica 40, Ansoáin, frente a la antigua Matesa”. Dentro, todavía quedan algunos botes de pintura, testigos silenciosos de una historia que ha llegado a su fin.
El origen del negocio se remonta a 1983, cuando Lourdes Remiro y su hija Charo Mateo decidieron abrir su propia tienda. El nombre de Decor-Mat surgió de una mezcla sencilla y familiar: decoración y Mateo. Madre e hija conocían bien el oficio.
Antes de emprender su propio camino, Lourdes y su marido Javier Mateo habían trabajado en Papeles Pintados Abella, donde comenzaron en 1975. Cuando el dueño se jubiló, ellas tomaron el relevo con ilusión, experiencia y muchas ganas.
“El tres de marzo de 2024 hicimos sesenta años en la tienda y seguimos adelante peleando mucho”, contaban Lourdes y Charo hace apenas un año. Lourdes tuvo que jubilarse en 2012, con 59 años, por invalidez, y desde entonces ha sido Charo quien ha mantenido la tienda en pie, día a día, sola y con la misma cercanía de siempre.
Durante los últimos años, el negocio ha estado en proceso de traspaso. La intención era que alguien recogiera el testigo, pero el relevo no ha llegado. “No hay relevo familiar”, explicaba Charo. “De mis dos hermanos, uno vive en Menorca y el otro, Javier, es pintor en Pamplona, pero él solo no lo puede llevar. Esto es para dos personas. Una sola no lo puede llevar”, reconocía con realismo.
Pese a todo, las ventas se mantenían. “Se seguía vendiendo bien, aunque no es lo de antes porque al principio había seis tiendas en Pamplona y ahora éramos veinte, más las grandes superficies, más internet, más Amazon...”, relataba Charo, consciente de cómo el negocio local ha tenido que competir con un mercado cada vez más grande y más impersonal.
Decor-Mat fue también una de las primeras tiendas del barrio, de esas que vieron crecer a Iturrama cuando todo empezaba a urbanizarse. “Llevamos toda la vida y estamos contentas. Estoy a gusto con la gente, pero ya con ganas de dejarlo porque ya son muchos años. El barrio ha cambiado muchísimo”, admitía su propietaria.
Y con su cierre, otra bajera queda vacía y una historia de barrio se despide sin ruido, pero con el cariño de quienes durante años pasaron por allí a buscar color para sus paredes.