• sábado, 06 de septiembre de 2025
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COMERCIO LOCAL

La tienda de Pamplona que cuelga el delantal ante sus clientes: “Gracias a todos por estos 40 años”

Lo que más les cuesta es despedirse de la clientela: “La gente nos dice que les da mucha pena porque hay una relación de amistad", aseguran.

Javier Sarasa y Joaquín Ariztia en su carnicería del barrio de Iturrama en Pamplona. Navarra.com
Javier Sarasa y Joaquín Ariztia en su carnicería del barrio de Iturrama en Pamplona. Navarra.com

En el escaparate de un comercio del barrio de Iturrama en Pamplona ha aparecido un cartel que no ha dejado indiferente a nadie. El mensaje, escrito con gratitud y melancolía, marca el final de una etapa: “Después de 40 años al frente de esta carnicería ha llegado el momento de colgar el delantal y comenzar una nueva etapa”.

La nota, colocada a la vista de todos, no solo anunciaba un cierre. También agradecía el apoyo recibido durante décadas: “Queremos dar las gracias de todo corazón a todos los que durante todos estos años habéis confiado en nuestro trabajo, habéis venido con una sonrisa y habéis convertido este negocio en mucho más que una simple carnicería: una familia”.

Este próximo sábado 13 de septiembre quedará grabado en la memoria de muchos clientes. Es la fecha de la despedida definitiva, un día antes de que Joaquín Ariztia Mendiburu cumpla 65 años y se jubile. El negocio, situado en la avenida de Sancho el Fuerte 37, en pleno corazón de Pamplona, ha sido durante cuatro décadas una referencia en el barrio.

La carnicería Ariztia nació de la sociedad entre Joaquín y Javier Sarasa Monreal, que han compartido mostrador, trabajo y amistad durante años. Pero la jubilación de Joaquín marca un punto de inflexión. “Ha llegado la hora de mi jubilación. Cumplo 65 años el día 14 y el 13 es el último día, con mucha pena, pero ha llegado el momento. No hay relevo. No hay gente cualificada para trabajar”, ha confesado Joaquín, pamplonés de nacimiento con raíces familiares en Azpilcueta (valle de Baztán).

El local no quedará desierto. Sus hijos, Ángela, Beatriz e Iñaki, ya han decidido abrir allí un centro sanitario de psicología, fisioterapia y nutrición con ocho despachos. “Es una pena por un lado, pero me hace ilusión que los hijos sigan”, ha contado Joaquín, que ha recordado sus inicios en el oficio: “Yo vine aquí con 24 años… y hasta hoy”.

El carnicero ha reconocido que lo que más le cuesta es despedirse de la clientela: “La gente nos dice que les da mucha pena porque había una relación de amistad. A todos nos da pena, a ellos y a mí, pero algo hay que hacer. Yo les digo que tienen cerca algunas carnicerías que están muy bien”. Sobre su futuro, lo tiene claro: dedicarse a las manualidades, arreglar muebles y disfrutar de la vida de amo de casa. “La señora, Ana, quiere que me jubile porque ella aún trabaja. Ahora a tener salud y nada más”, ha comentado.

Por su parte, Javier, de 54 años, también pamplonés, con raíces paternas en Salazar (Izal) y maternas en Imirizaldu (Urraul Alto), ha explicado que no continuará con el negocio: “Hasta ahora nos hemos apañado muy bien los dos. Uno cogía vacación y el otro seguía aquí, pero al quedarse uno solo no hay trabajadores formados”.

Recuerda que entró en 1991, con 20 años, y ha sumado 34 seguidos en la carnicería: “No hay personal cualificado porque elaboramos muchas cosas y como trabajo no me va a faltar, pues cambio de autónomo a régimen general estos diez años que me quedan”.

El último día va a ser especial por partida doble: el cierre del negocio y el cumpleaños de Joaquín. “Da mucha pena por la clientela y la despedida es emotiva. El sábado es una doble celebración con cierre-despedida y cumpleaños de Joaquín”, ha señalado Javier, que ya ha confirmado su incorporación a la carnicería Goñi, en la calle Tafalla. “Yo tenía claro que si no puedo montar un equipo no me voy a complicar la vida teniendo trabajo”, ha resumido.

Ese cartel de despedida en el escaparate se ha convertido en símbolo de lo que ha significado la carnicería para el barrio: amistad, confianza y fidelidad. “Nos vamos orgullosos de haber servido a varias generaciones y con el cariño de tantos clientes que se han convertido en amigos. Gracias por vuestro apoyo y fidelidad, y por habernos hecho disfrutar dedicándonos a lo que nos apasiona durante tantos años. Hasta siempre”.

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