Se notaba que era festivo. Las laderas del Pilón de Falces estaban abarrotadas de público desde antes de las siete de la mañana para coger las mejores vistas de uno de los encierros más vertiginosos, si no el que más, de todos cuantos se celebran en Navarra.
Este jueves ha sido el de mayor afluencia de público, y eso que Falces competía con el primer encierro de las fiestas de Tafalla, con toros de la ganadería navarra de las Hermanas Azcona, que han dejado un saldo de diez heridos.
Pero Falces es distinto. Es velocidad y rudeza en estado puro. Este quinto encierro corría a cargo de las vacas de Eulogio Mateo, que han protagonizado un descenso fulgurante, de apenas 40 segundos, y han dejado bonitas y sobre todo, largas carreras de corredores habituales, que han podido lucirse delante de los astados.
La salida de las vacas del corral ha sido tal vez algo temerosa. La manada ha comenzado a descender a ritmo trotón, especialmente por los pasos 'empedregados' y más angostos de principio del recorrido.
Este jueves, los más osados han subido buscando las vacas hasta la Fuente de los Pajaritos, donde la manada a afrontado el primer encuentro con corredores.
No ha habido que lamentar incidentes en estos tramos iniciales, pero sí hemos visto cómo los astados incrementaban la velocidad al mismo ritmo que la pendiente se hacía más pronunciada hacia el pueblo.
Ya en la cuesta, la nobleza de las vacas y la destreza de algunos corredores han posibilitado ver las carreras más espectaculares de estas fiestas, con mozos aguantando el ritmo delante de los cuernos y saliéndose convenientemente justo a tiempo para evitar ser arrollados o embestidos.
Pese a todo, efectivos de protección civil han comunicado que dos mozos han precisado atención médica, ambos caídos en este último tramo, con raspaduras y golpes, aunque no revisten mayor gravedad.
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