Las peligrosas y remolonas vacas de Teodoro Vergara han sembrado de pánico la bajada del Pilón el segundo encierro de las fiestas de Falces tras escaparse una de ellas montaña arriba y embestir a mozos y espectadores.
Con absoluta puntualidad, a las nueve de la mañana se lanzaba el cohete que anuncia el comienzo del Pilón, pero las vacas, temerosas, han decidido darse la vuelta y regresar al corral cuando apenas habían completado 100 metros de recorrido.
Los pastores han vuelto a sacarlas del corral, pero las vacas, que estaban más preocupadas de mirar a los barrancos que de correr cuesta abajo, han vuelto a darse la vuelta.
Y así sucesivamente, hasta en seis ocasiones. Los pastores del encierro se han concitado todos en la parte alta del recorrido para tratar de forzar a las vacas, con sus varas, para que corrieran ladera abajo.
Finalmente, la manada ha salido en dirección al pueblo, pero dos vacas, una negra y otra cárdena, se han quedado en el recorrido dándose la vuelta.
Una de ellas se ha subido monte arriba provocando momentos de gran tensión. Algunos mozos y espectadores han escapado por poco. Otros han resultado heridos por caídas.
La otra vaca, la negra, se ha encelado en la parte más baja del recorrido contra un vallado y sólo a base capote y citas de corredores han conseguido bajarla al pueblo.
La cárdena, que se había quedado ladera arriba, se ha dado definitivamente la vuelta y los organizadores del encierro han decidido encerrarla en el corral.
La vaca escapada ha sembrado de pánico la montaña y ha dejado un balance de 8 heridos, todos ellos por erosiones tras caídas y uno de ellos con un esguince de tobillo. Por suerte, no ha habido que lamentar heridos por asta de vaca.
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