La Policía Local busca a un vecino de la capital andaluza que la pasada madrugada prendió fuego a un coche patrulla en venganza por haber sido sometido a un test de alcoholemia.
Según han informado a Efe fuentes policiales, el individuo, que ya está identificado, quemó un vehículo policial aparcado ante la comisaría del barrio de La Ranilla.
Los propios agentes de guardia se encargaron de extinguir las llamas cuando se percataron del fuego.
El suceso ha sido criticado en un comunicado por el Grupo Popular del Ayuntamiento de Sevilla, que lo ha definido como "un nuevo episodio de la desprotección en la que se encuentra la Policía Local en sus propias dependencias”.
"Al igual que la comisaría de la Macarena, donde el Partido Popular ya denunció sus deficiencias, en las dependencias de La Ranilla las cámaras de seguridad no han servido para prevenir o interrumpir los hechos, puesto que estas o no funcionan o no están dirigidas a los vehículos y patrullas policiales en sus lugares de estacionamiento", ha dicho en un comunicado.
Por su parte, el delegado de Gobernación y Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, ha afeado al PP que, ante un hecho delictivo “aislado, en vez de condenarlo y manifestar su apoyo y solidaridad a la plantilla, vuelva a su manido discurso político de la desprotección policial y la inseguridad en la ciudad de Sevilla que no se corresponde con la realidad”.
“Es un incidente aislado e intencionado que se está investigando como una posible represalia por una actuación policial previa, y cuyo autor se está tratando de identificar y localizar”, ha indicado en un comunicado.
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