Un nuevo escándalo arbitral ha vuelto a afectar negativamente a Osasuna. El equipo rojillo ha empatado 1-1 en su visita al Leganés, en un partido marcado por una decisión incomprensible del VAR que ha anulado un gol completamente legal a Lucas Torró justo antes del descanso. La jugada, como han demostrado las imágenes con las líneas del fuera de juego, no debía haber sido invalidada.
La acción ha tenido lugar en los minutos finales del primer tiempo. Rubén García ha sacado un córner en corto para Moncayola, que le ha devuelto el balón con una pared. El extremo ha centrado al área y Lucas Torró ha rematado con contundencia al fondo de la red. Gol legal, celebrado con rabia por los jugadores rojillos... hasta que el árbitro García Verdura ha sido llamado desde la sala VAR.
Tras una revisión de varios minutos, el colegiado ha anulado el tanto por una supuesta posición ilegal de Rubén García, quien, según el análisis posterior, solo tenía adelantado el brazo, una parte del cuerpo que no computa en el fuera de juego porque no se puede marcar gol con ella.
La realización televisiva ha mostrado la imagen con las líneas trazadas, y la polémica ha estallado de inmediato: el gol era legal. Las redes sociales, analistas arbitrales y aficionados han coincidido en una cosa: la decisión del VAR ha sido un grave error que ha perjudicado directamente a Osasuna.
En un partido igualado, ese tanto habría supuesto una ventaja clave para los de Vicente Moreno. Pero la tecnología, mal utilizada, ha privado al equipo de una victoria merecida y ha encendido los ánimos de la afición rojilla, que ya arrastraba malestar por decisiones anteriores.
Osasuna ha terminado el partido con un empate que sabe a poco. El enfado dentro del vestuario es evidente, aunque el club no se ha pronunciado formalmente.