Todo el mundo sabe que San Fermín es patrón de Navarra y la inmensa mayoría tiene más o menos claro que San Saturnino es el patrón de Pamplona, pero ¿sabes quién es la Señora de la ciudad?
En estos tiempos que corren de laicidad, lo cierto es que cada vez menos gente se acuerda quien es la Señora de Pamplona y lo que ha supuesto para la ciudad desde que allá por el medievo apareciera en la ciudad.
Ignacio Baleztena, más conocido como Premín de Iruña dejó escrito en una de sus "iruñerías" una historia novelada de cómo fue la llegada de la imagen de la Virgen del Camino a Pamplona allá por el año 1487 y que se transmitía entonces de generación en generación, hasta convertirse en un símbolo de la capital navarra.
Al parecer, una madrugada los vecinos de Pamplona se despertaron al repique de todas las campanas de la parroquia de San Cernin (hoy San Saturnino). Cuenta Baleztena que "al abrir el sacristán de par de mañana las puertas del templo, se colaron por ella discutiendo, murmurando un montón de madrugadoras mujericas beatas y al llegar junto al altar les pareció ver que sobre una viga próxima al presbiterio se destacaba un bulto extraño".
Se trataba de una imagen de la Virgen, La mujeres -prosigue Baleztena "se prosternan de rodillas, y al intentar rezar, tan sólo saben decir y repetir: ¡Milagro, milagro!" A lo que el sacristán acudió a doblar las campanas. Toda Pamplona al enterarse corrió a la iglesia.
A los pocos días, un grupo de castellanos a caballo enarbolando bandera blanca se plantaron ante las puertas de la ciudad pidiendo audiencia con los regidores. Procedían de Alfaro y explicaron que la imagen de la Virgen que había aparecido en la Iglesia de San Cernín pertenecía a una ermita de sus dominios "junto al camino real", y que había desaparecido días atrás. Esgrimían que "algún viandante" se había apoderado de ella, trayéndola a Pamplona, y que habían venido para llevársela de vuelta.
Las autoridades de la ciudad accedieron a devolverla -recuérdese que Pamplona y el reino de Navarra vivían tiempos de paz en aquel entonces- para evitar males mayores.
Pero cuenta la tradición que, pocos días después de que la comitiva de castellanos hubiera regresado a sus tierras, otra mañana de ese mismo año, las campanas de San Cernin volvieron a sobresaltar a los habitantes de la ciudad al alba. Cuando acudieron, comprobaron que, de nuevo, la Virgen del Camino estaba sobre una pilastra de la iglesia.
Nunca más nadie reclamó la imagen y desde entonces se venera en la misma iglesia, hoy más conocida con el nombre de San Saturnino.
Durante siglos permaneció en la misma viga donde apareció en las dos ocasiones anteriores. Se le puso una especie de jaula o urna enrejada y dos siglos más tarde, se le construyó dentro de la misma iglesia, una capilla como consecuencia de la creciente devoción que generaba aquella imagen.
Esta es la historia de la aparición de la Virgen del Camino en Pamplona, pero lo cierto es que, como explica el profesor titular de Historia del Arte de la Universidad de Navarra y académico de la Real Academia de la Historia, Ricardo Fernández Gracia, la devoción a esta imagen se mantuvo 'in cerescendo desde entonces. "Así se puede comprobar en sus rogativas de 1719, 1724, 1728, 1738 y 1770. así como en las fiestas ordinarias y extraordinarias, la construcción de su capilla dieciochesca (1757-1776), los grandes festejos del IVº Centenario (1887), la creación de un instituto de formación profesional en 1944 con su nombre, el nombre que se dio en 1964 a la Residencia de la Seguridad Social, hoy dentro del Hospital Universitario de Navarra y el título de Reina y Señora de Pamplona conferido por decreto del arzobispo Cirarda en 1987".
Efectivamente, Desde entonces, la Virgen del Camino es considerada la Señora de Pamplona junto con Santa María La Real, que es la titular de la Catedral de Pamplona y la patrona de Navarra, junto a San Francisco Javier y San Fermín, aunque muchos no lo sepan.
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