Las nuevas villavesas propulsadas con gas de origen renovable han empezado a circular esta semana dentro del Transporte Urbano Comarcal. El servicio ha incorporado seis autobuses adelantando la renovación prevista de flota para reforzar la operatividad del sistema.
Esta llegada de vehículos se ha planteado como parte del paquete de medidas impulsadas por la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona para favorecer la solución del conflicto laboral entre TCC y su comité de empresa. La entidad quiere mejorar el servicio y, al mismo tiempo, las condiciones de trabajo de la plantilla.
Los seis autobuses se suman a este proceso de renovación que incluye el refuerzo de la inspección del estado de la flota y la creación de un grupo de trabajo sobre la expedición. Estas actuaciones se enmarcan en las competencias de la Mancomunidad, que busca garantizar el número de vehículos necesarios para atender la demanda del servicio.
Cada una de las nuevas villavesas sustituye a vehículos de gasoil. Han sido carrozadas con el modelo New City GNC de Castrosua y están equipadas con chasis Scania. Tienen 12 metros de longitud y 92 plazas, de las cuales 24 son sentadas.
Los autobuses incorporan motores de tecnología EURO VI-E con 251 kW de potencia. Cuentan con equipos de purificación de aire, cámaras de seguridad y doble rampa para sillas de ruedas. Cada unidad ha supuesto una inversión de 394.400 euros, alcanzando un total de 2.366.400 euros sin IVA.
La Mancomunidad ha logrado adelantar el suministro para que estas villavesas entren en operación en 2025. La entidad recuerda que desde la aprobación en 2021 del II Plan de energías menos contaminantes ya se han incorporado 35 vehículos propulsados por GNC con Garantía de Origen Renovable.
Con estas seis unidades, la flota del Transporte Urbano Comarcal seguirá creciendo. De los 127 autobuses que había en 2006 se pasará a 169 a final de 2025, un aumento del 33%. También suben los kilómetros realizados, de 6,76 millones en 2006 a los 8,16 millones estimados para 2025.
Según las previsiones, la flota alcanzará los 176 vehículos en 2027, lo que permitirá reducir la edad media de los autobuses hasta los 6,3 años. Este ritmo de renovación duplica al registrado desde 2019 y mantiene la apuesta por tecnologías más limpias.
El avance tecnológico del TUC también ha sido notable. El gasoil fue el combustible único desde 1929, pero en 2015 comenzaron a circular los primeros vehículos híbridos. Entre 2017 y 2021, esta tecnología llegó a representar el 41,5% de la flota.
En 2019 se incorporaron los primeros seis vehículos totalmente eléctricos que permitieron convertir la línea 9 UPNA-RENFE en la primera línea 100% eléctrica de España. En 2021 se aprobó el II Plan de energías menos contaminantes para avanzar hacia una flota de cero emisiones.
El abandono progresivo del gasoil y la integración de vehículos con Gas de Origen Renovable buscan mejorar la calidad del aire urbano y alcanzar la neutralidad en carbono en 2030. La Mancomunidad fue la primera entidad local del Estado en apostar por esta energía para el transporte urbano.
Entre 2022 y 2023 se añadieron 13 autobuses GNC y seis híbridos GNC-eléctricos, todos con Garantía de Origen Renovable. En 2023 y 2024 se incorporaron otros 20 vehículos eléctricos, así como los puntos de carga lenta instalados gracias a fondos europeos del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible.
La movilidad eléctrica aporta ventajas ambientales claras: no genera emisiones asociadas a la combustión de gasoil y reduce notablemente el ruido en los entornos urbanos. Esta línea de trabajo se mantiene con las nuevas incorporaciones de 2025, que incluyen diez autobuses GNC en julio y seis más en diciembre.
La transición energética avanza también desde la economía circular. En los próximos años será la propia Mancomunidad la que produzca biometano a partir de lodos de la EDAR de Arazuri y de la materia orgánica tratada en Imárcoain. Este combustible alimentará las flotas de autobuses, camiones de basura y vehículos de mantenimiento.
Una vez concluido el proyecto, todos los residuos orgánicos servirán como base energética antes de su compostaje agrícola. Paralelamente, la huella de carbono del TUC se ha reducido un 30,1% desde 2014, pese al aumento de flota y kilómetros recorridos.