¿Dónde está la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite? Ha desaparecido por completo de la escena pública. Su agenda está vacía desde el pasado 9 de julio y no hay nada marcado en ella para todo lo que resta de mes ni para comienzos del mes de agosto. Sú última comparecencia institucional data del 30 de junio en el Parlamento de Navarra, donde no dijo absolutamente nada del sobrecoste de las obras de los túneles de Belate.
Ese fue el mismo día en el que su mentor político, Santos Cerdán, ingresó en la cárcel madrileña de Soto del Real por corrupción tras los indicios que apuntan a su participación en el cobro de mordidas en la adjudicación de obras públicas. Desde entonces prácticamente nada se sabe de ella.
A todo ello se le suma la comparecencia del secretario de la mesa de contratación de los túneles de Belate en la comisión que investiga la corrupción en el Senado, en la que puso en evidencia las irregularidades detectadas. También la comparecencia de su tío Óscar Chivite, consejero de Cohesión Social en en su gobierno, en la que aseguró que no pone la mano en el fuego por su sobrina.
La página web de Gobierno Abierto del Gobierno de Navarra recoge la participación de todos los consejeros en todos los actos institucionales, pero nada dice de la agenda de Chivite, ni siquiera de la sesión de gobierno que debería presidir este próximo miércoles.
La cuestión es que lleva más de dos semanas completamente ausente de la escena pública y más de tres de su desaparición de la agenda institucional. Esta falta de visibilidad, algo que ha sorprendido a la ciudadanía, se hace aún más notoria teniendo en cuenta que Chivite siempre ha sido muy activa en redes sociales y que rara vez ha rehuído una foto en su participación en eventos públicos.
Su última aparición (no pública) se remonta al 7 de julio, cuando participó en una reunión del dispositivo sanitario del encierro de San Fermín en el Hospital Universitario de Navarra. Un evento que fue notablemente discreto en comparación con otros años, en los que la presidenta se paseaba por el recorrido del encierro, mostrándose accesible al público y disfrutando del bullicio festivo. En esta ocasión, Chivite ha permanecido completamente alejada de las celebraciones, y no se le ha visto ni en el Chupinazo ni en otros actos simbólicos que marcaban su presencia en años anteriores.
La última actualización de su agenda pública data del 9 de julio, cuando se reunió con representantes de UGT, un sindicato muy afín a su partido. Desde entonces, su rastro ha desaparecido. No hay información de ningún acto programado en su agenda institucional hasta el final de este mes, mientras que los demás miembros del Gobierno de Navarra siguen activos con múltiples compromisos. De hecho, la Agenda de Gobierno Abierto se encuentra completamente vacía para Chivite para lo que resta de julio, y todo agosto, lo que ha generado sorpresa e incluso expectación.
Además de su inexplicable ausencia en los actos oficiales, la presidenta ha dejado de ser visible en sus redes sociales, donde solía ser muy activa, especialmente en Instagram y X. Su último post en ambas plataformas data del 7 de julio, lo que contrasta con su habitual ritmo de publicaciones.
Aunque en ningún momento se ha comunicado que María Chivite haya cogido vacaciones, su comportamiento genera interrogantes. A diferencia de los demás consejeros del Gobierno, que siguen con una agenda activa y llena de reuniones, la presidenta ha desaparecido de manera repentina, lo que ha llevado a algunos a especular sobre una necesidad de alejarse discretamente de la actualidad para no sufrir un mayor desgaste político que el ya sobrevenido por los casos de corrupción que afectan al PSOE; es pecialmente el de su amigo y mentor político Santos Cerdán.
El ex secretario de Organización del PSOE y factotum en el PSN y el Gobierno de Navarra, fue encarcelado por presuntamente ser el cerebro de una trama de corrupción relacionada con adjudicaciones de obra pública. Cerdán era el propietario de la empresa Servinabar, adjudicataria de las obras de los túneles de Belate, cuya investigación sigue abierta. Esta obra, además, ha sufrido un sobrecoste de casi 9 millones de euros, y María Chivite aún no ha dado ninguna explicación pública al respecto, pese a las demandas de la oposición, y a pesar de que en su última comparecencia en el Parlamento de Navarra para hablar precisamente de esta obra, no dijo absolutamenta nada sobre el desvío presupuestario.
A esta crisis se suma el reciente testimonio de su tío, Óscar Chivite, consejero de Obras Públicas en su gobierno, quien declaró en el Senado que no ponía la mano en el fuego por nadie, incluyendo a su propio partido, su gobierno y su sobrina. Este testimonio deja entrever el clima de desconfianza que atraviesa el seno del PSN.
A medida que avanza la comisión del Senado sobre la corrupción en el PSOE, varios allegados de Chivite tendrán que comparecer. Entre ellos se encuentran figuras clave del Gobierno de Navarra y su círculo político más cercano, como Ramón Alzórriz Goñi, Bernardo Ciriza Pérez y Edurne Eguinoa Antxo, quienes han sido señalados por su vínculo con los casos de corrupción que aún están bajo escrutinio. Tamnién tendrá que comparecer el presidente de la mesa de adjudicación de las obras de Belate, a quien el Gobierno de Navarra a través de una enmienda en los presupuestos generales, habilitó para que pudiera seguir ejerciendo ese cargo público pese a haber sobrepasado la edad que marca la ley para hacerlo.
También tendrá que comparecer la actual ministra Elma Saiz, a la que Cerdán favoreció en el Gobierno de España después de haber negociado con los pretarras de Bildu el apoyo a Pedro Sänchez y a la propia Chivite a cambio de entregar el Ayuntamiento de Pamplona a la minoritaria opción abertzale radical. Saiz era la consejera de Hacienda en Navarra cuando se adjudicó la obra de Belate y poprtavoz socialista en el Ayuntamiento de Pamplona cuando se regaló a los proetarras. Finalmente también tendrán que comparecer de nuevo Santos Cerdán y Koldo García Izaguirre.
Con la presidenta del Gobierno de Navarra más ausente que nunca, la ciudadanía empieza a preguntarse si esta desaparición es una estrategia de evasión o si, por el contrario, la gravedad de los casos de corrupción dentro de su partido está afectando directamente a su capacidad para liderar. Mientras tanto, la agenda política de Navarra sigue avanzando, aunque sin la presencia visible de Chivite, lo que deja claro que, en política, la ausencia también puede ser un mensaje.