Cristina Ibarrola, presidenta de UPN, ha manifestado este jueves que “una presidenta que miente para intentar demostrar su honradez lo único que hace es aumentar las sospechas de corrupción”. Lo ha dicho tras conocerse esta semana cuatro informes de la Oficina de Buenas Prácticas y Anticorrupción de Navarra (OANA), subrayando que esas versiones no despejan dudas sino que las incrementan.
La dirigente regionalista ha afirmado que “tenemos una presidenta que miente sobre las conclusiones de Comptos y una presidenta que miente sobre lo que ha dicho la Oficina Anticorrupción”. Según ha explicado, la OANA “no ha dicho que no hay delito y que no hay corrupción”, y ha añadido que también se ha mentido “sobre los motivos por los que no se le ha permitido personarse en la causa”.
Ibarrola ha sostenido que la presidenta “ha mentido sobre el número de reuniones con Antxon Alonso e incluso sobre que no hay ninguna otra persona que pudiera presidir la Mesa de Contratación de Belate”. En su valoración, “estamos ante el mayor escándalo de posible corrupción en Navarra desde hace 30 años”.
En ese contexto, la líder de UPN ha señalado que “Chivite ha terminado adjudicando 76 millones de euros a Cerdán; Cerdán sigue en prisión; Ramón Alzórriz está absolutamente apartado; y ella sigue siendo incapaz de dar explicaciones”. Ha calificado de “un insulto a todos los navarros” que, a su juicio, la presidenta “esquive cualquier tipo de explicación en torno a Santos Cerdán”.
Ibarrola ha reprochado además que la jefa del Ejecutivo haya restado importancia a la polémica con la frase “nos han puesto un poco colorados”. A su entender, la respuesta del Gobierno foral con una modificación de la Ley de Contratos “no es garantía de nada”, porque “es una ley que se ha incumplido reiteradamente en lo que estamos tratando de investigar”.
La presidenta de UPN ha acusado al Ejecutivo de “ocultar información”, al recordar que en el Parlamento “se ocultó la información de más de siete meses de sobrecoste en la obra de Belate”. También ha dicho que la presidenta “esquiva toda explicación de Cerdán, no comparece en la comisión de investigación y pone toda la maquinaria del Gobierno a desacreditar los informes que no le gustan de la Oficina Anticorrupción, una oficina creada por ellos y con unos informes solicitados por ella misma”.
En su crítica, ha asegurado que la presidenta “trata de confundir a la opinión pública hablando de irregularidades, no de ilegalidades”. Ha insistido en que “no son simples irregularidades administrativas, son ilegalidades porque son contrarias a la ley”, y ha remarcado que forman parte de una investigación de la Guardia Civil “en relación con una trama de posible corrupción escandalosa a nivel nacional”.
La líder regionalista ha continuado afirmando que “la UCO no está investigando irregularidades administrativas para modificar pliegos de contratos”. A su juicio, “cada día conocemos informaciones más graves y nadie asume ninguna responsabilidad en todo este escándalo”, y “cada día aumentan las sospechas de posible corrupción en torno a su Gobierno”.
Ibarrola ha denunciado además un bloqueo en el diálogo político. Ha afirmado que la presidenta “tiene sus 30 escaños asegurados para pactar todo con EH Bildu y sus socios de Gobierno y cree que no necesita hablar con UPN”, y que así lo ha hecho “antes y después de saltar el escándalo de posible corrupción”. “No puede alardear una presidenta del Gobierno de diálogo, de acuerdo, cuando al grupo mayoritario nos da sistemáticamente con un portazo en las narices”, ha comentado.
Preguntada por si la considera corrupta, Ibarrola ha precisado que “yo no he dicho que la considere corrupta nunca jamás; ella dice que se lo decimos y no lo he dicho nunca”. Ha añadido que “si es corrupta o no lo tendrá la investigación de la Guardia Civil y la Justicia”, para insistir en que “toda esta trama la acorrala y ella no ha sido capaz todavía hoy de dar explicaciones de cómo ha terminado adjudicando una obra de 76 millones de euros a una empresa creada ad hoc, según el fiscal Anticorrupción, para lucrarse de obra pública, con Cerdán en la cárcel, su mentor, su amigo y el que la ha colocado como presidenta del Gobierno”.
La presidenta de UPN ha concluido que no hace “un acto de fe” sobre “el hecho de que Chivite diga que ella no es corrupta ni ningún consejero del Gobierno, ni Ramón Alzórriz”. Le “sorprende” que “hayan encargado unos informes que ahora desacreditan” y ha afirmado que “ahora le queda la baza de una auditoría externa con dinero de todos los navarros que tenemos que suponer que solamente dirá lo que ella quiere que diga”. “Los informes —de la OANA— son demoledores”, ha rematado.
