Las manifestaciones propalestinas que se han sucedido en Navarra durante los últimos días se han convertido, más allá del drama en Gaza, en una cortina de humo política impulsada desde el PSOE y sus socios para distraer la atención pública. El partido de Pedro Sánchez atraviesa un momento crítico por los casos de corrupción que lo acorralan —los casos Cerdán, Koldo y Ábalos, además del procesamiento judicial de la mujer y del hermano del presidente—, y ha encontrado en el conflicto palestino una vía para desviar el foco mediático.
En esa línea se han alineado los socios del Gobierno de María Chivite y las centrales sindicales navarras, que han cerrado filas en apoyo a las movilizaciones propalestinas. Este lunes, PSN, EH Bildu, Geroa Bai y Contigo-Zurekin han respaldado desde el Parlamento de Navarra las marchas de este fin de semana en apoyo a Palestina y a los integrantes de la Flotilla Global Sumud, detenidos en Israel.
La portavoz del PSN, Ainhoa Unzu, ha defendido que “la presidenta estaba donde tenía que estar”, en referencia a la asistencia de María Chivite a la manifestación del sábado en Pamplona, donde se quemaron banderas de Israel y se vandalizaron edificios. Unzu ha justificado su presencia afirmando que Chivite se encontraba “junto con la mayoría social de Navarra, denunciando un genocidio y un crimen de Estado”.
Desde EH Bildu, Mikel Zabaleta ha afirmado que la sociedad navarra “va por delante de los gobiernos” y ha exigido la liberación inmediata de los miembros de la flotilla, considerados “terroristas” por el ministro israelí del Interior. Para la coalición abertzale, las marchas representan “un compromiso solidario enorme” que debe sostener “la exigencia de justicia y derechos humanos”.
Por su parte, el portavoz de Geroa Bai, Pablo Azcona, ha acusado a Israel de “cometer un genocidio ante los ojos del mundo”, al tiempo que ha reclamado que el Gobierno foral “redoble esfuerzos” en el ámbito humanitario y político. Desde Contigo-Zurekin, Carlos Guzmán ha pedido una “máxima presión política, diplomática y económica” sobre Israel, incluso rompiendo vínculos comerciales con la farmacéutica israelí.
El discurso común entre los socios de Chivite ha sido replicado por los principales sindicatos navarros. UGT Navarra, CCOO, LAB, ESK, STEILAS, CGT e HIRU han anunciado una jornada de lucha y movilización general el 15 de octubre, con paros laborales y manifestaciones en Pamplona “para denunciar el genocidio que está cometiendo Israel”. Las centrales, que acusan a la Unión Europea de “inacción cómplice”, reclaman la suspensión del acuerdo comercial UE-Israel y la ruptura total de relaciones institucionales con el Estado hebreo.
El plan sindical incluye paros parciales en los tres turnos de trabajo, con una concentración frente al Hospital Materno Infantil Virgen del Camino a las 11:00 horas y una manifestación unitaria desde el Parque de Antoniutti, que culminará en el centro de Pamplona. Por la tarde, habrá una nueva marcha a las 19:00 desde la Plaza del Castillo, respaldada por los mismos sindicatos que tradicionalmente apoyan al PSOE y a sus socios de EH Bildu y Geroa Bai.
Mientras tanto, la crisis interna del PSOE sigue creciendo. Las causas judiciales que afectan a dirigentes y familiares del presidente amenazan con desgastar aún más la imagen del partido, que ha optado por una estrategia de movilización ideológica exterior para cohesionar a su electorado y distraer la atención de los casos Cerdán, Koldo y Ábalos, así como de los procedimientos judiciales que rodean al entorno familiar de Pedro Sánchez.
El portavoz de Vox en Navarra, Emilio Jiménez, ha criticado duramente la “vergonzosa manifestación propalestina” en la que participó Chivite, señalando que fue “precedida por una gran ikurriña, encapuchados, quema de banderas y vandalismo”. A su juicio, “lo que se presentó como un acto solidario fue, en realidad, una puesta en escena política para tapar la corrupción del PSOE y contentar a sus socios radicales”.