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Amaia se convierte en Alicia en su nuevo disco: "Tengo muy presente a mi niña interior"
"Cuando creces parece que dejas de ser tan alegre como cuando eres niño, pero yo tengo muy presente a mi niña interior", afirma la artista.

Amaia publica un disco que es como un agujero de conejo a un mundo onírico donde la complejidad de la madurez, la maternidad o la muerte ("Que me da mucha ansiedad", dice) se aceptan desde un prisma cálido como parte del tránsito de la vida, sin renunciar a una eterna infancia junto a Marisol.
"Cuando creces parece que dejas de ser tan alegre como cuando eres niño, pero yo tengo muy presente a mi niña interior", afirma la artista en una entrevista con EFE ante el lanzamiento este viernes de 'Si abro los ojos no es real' (Universal Music).
Que no engañe su sencilla escucha. "Es el que más dolores de cabeza me ha traído", reconoce su autora, que luchó durante dos años por entregar nuevas ideas y sonidos en el que es ya su tercer trabajo desde que lanzó su debut, 'Cuando no sé quién soy' (2022).
"Creo que sí tengo más claro quién soy y también he aceptado que el hecho de no saberlo o de tener dudas es algo normal y hasta sano", afirma a sus 26 años Amaia Romero (Pamplona, 1999).
Entre coros hipnóticos, silbidos y arpas, el componente onírico del disco es evidente gracias al trabajo de varios productores, especialmente Ralphie Choo y Drummie. Se ve ya en el arranque con 'Fantasía', fruto del propósito inicial "de llevar al pop de ahora armonías que igual no se utilizan tanto" como las bandas sonoras de 'Sonrisas y Lágrimas', 'El Mago de Oz' o Disney.
De hecho, según revela, uno de los folios que sobrevuelan su cuarto en la portada del álbum (bajo la dirección visual y creativa de Daniel 2000, que también ha producido) es la partitura de uno de los primeros temas de 'Alicia en el País de las Maravillas'.
Su propia infancia queda retratada en 'Tocotó', escrita a partir del célebre 'Corre, corre, caballito' de su ídolo Marisol, a la que conoció hace años tras homenajearla en los Goya.
Asimismo, en la letra de la citada 'Fantasía', Amaia se encuentra con su versión juvenil, como una metáfora del "miedo al juicio de esa niña interior a lo que eres ahora".
"Creo que en mi caso estaría orgullosa. Siempre he querido ser cantante y eso se ha cumplido el cien por cien", señala, incapaz sin embargo de imaginarse dentro de 10 años. "Pienso bastante en ser madre, pero a la vez no me imagino siéndolo, quizás porque nunca es el momento", responde.
Lo dice tras reconocer las "complicaciones" que trajo "el cambio de dinámicas de autoridad madre-hija" cuando con tan solo 18 años salió de casa rumbo a Barcelona, tras su victoria de 'Operación Triunfo 2017'. A ese propósito, en el álbum aborda el tema de su recompuesta relación doblemente, con mucho humor en 'M.A.P.S.' y más melancólica en 'Auxiliar', intercambiando los puntos de vista.
"Hace relativamente poco vi unos vídeos de mi madre de pequeña que nunca había visto. Obviamente sabes que tus padres han tenido su infancia, pero aún así me impactó muchísimo verla de niña, con sus gestos. Empecé a verla como un ser humano que ha tenido su pasado, su educación, sus inseguridades y sus fallos. En ese momento, dejas de culparla por cómo te educaron a ti o tus inseguridades", reflexiona.
Otro de los temas que está muy presente es el de la muerte a causa del fallecimiento de su abuela paterna en octubre 2023. "Nunca había tenido una muerte cercana y me hizo volver a darle vueltas, porque es algo que me ha dado muchísimo miedo siempre; me da mucha ansiedad el pensar que todo se vaya a acabar", confiesa a propósito de 'Despedida', que dedica a su memoria.
Aunque si hay una canción que se ha convertido en especial en este trabajo, tras su puesta en escena en el programa 'La Revuelta', ha sido la explícita declaración de amor de 'Tengo un pensamiento'. "No me esperaba que fuese tan viral", asegura la artista, tras reconocer que estaba "muy nerviosa" en los días previos y que llegó a pensar que todo "sería un drama" tras solo unas pocas jornadas de ensayo.
Con más trabajo ultima su vuelta el 23 de febrero al Movistar Arena (conocido hasta hace unos meses como Wizink Center de Madrid) en el que será "el concierto más ambicioso de todos, un paso más en el directo y en la forma de hacer conciertos", previene Romero, que seguidamente actuará en el Sant Jordi Club de Barcelona el 21 y 22 de febrero, con todo el aforo agotado.