A sus 45 años, el pamplonés Juan Pedro Lecuona Alonso, suma 30 años en la cara de los toros en San Fermín. Uno de los rostros más conocidos de Pamplona en el tramo del callejón, sufrió una aparatosa caída en el encierro del 8 de julio, con toros de José Escolar.
Lecuona fue emparedado por dos cabestros cuando corría con uno de los toros de Escolar. Terminó en el suelo, con un fuerte golpe y herida en la cabeza y los médicos le tuvieron varias horas en reposo y observación.
Este martes, con toros de Fuente Ymbro y sólo 48 horas después de su percance, ha vuelto a correr en la bajada del callejón, justo el mismo lugar donde ocurrió el percance.
"Doy gracias al Santo por que no fuera nada más grave y poder volver a sentir cosas tan bonitas", explica este pamplonés que cuando apenas contaba con 16 años ya corría en Pamplona, siempre en el último tramo, desde Estafeta y hasta el callejón.
Lecuona fue rápidamente atendido por los servicios médicos en el mismo lugar donde sufrió el golpe y trasladado hasta el Complejo Hospitalario de Navarra. Allí le efectuaron pruebas para descartas lesiones de importancia y le mantuvieron en observación durante unas horas, hasta que pudo regresar a casa, el mismo día 8.
Lecuona es también mulillero en plaza de toros de Pamplona y regresó a su puesto en la tarde del 9 de julio, después de 24 horas alejado de la fiesta y de la plaza, su habitat natural durante las fiestas.
"He tenido dolor de cabeza y algún mareo, pero cuando he vuelto a correr me he encontrado muy bien. La gente me pregunta porque vuelvo a correr después de sufrir un golpe, me quieren aconsejar, pero yo controlo bien estas cosas. He calentado fuerte hoy porque tenía también dolor en una pierna", resume Lecuona.
Lo cierto es que, de nuevo, en la cara del toro, el mozo pamplonés ha vuelto a mostrar sus dotes para correr con los toros en San Fermín, incluso con las heridas de guerra representadas en una gasa que le cubre la herida de la cabeza.
"Los navarros somos muy cabezones para lo nuestro y me he quedado contento del encierro de este martes", declara el corredor, que ha llevado a uno de los toros de Fuente Ymbro hasta la plaza.
Sobre el percance del día 8 explica que uno de los cabestros se le cruzó cuando él corría con uno de los toros de Escolar. "Íbamos a un ritmo muy bueno y pensaba que íbamos a llegar bien hasta la plaza. No vi al buey que se me metía. La verdad es que fue una paliza, porque intenté salir y caí hacia atrás y me abrí la cabeza", reconoce.
El de 2018 no ha sido el único susto de Lecuona en el encierro, en el que ha sufrido más golpes y caídas, aunque sólo ha sido empitonado en una ocasión, cuando un toro de Miura le corneó en la pierna el 11 de julio de 2010.