SÉPTIMA CORRIDA
Padilla se despide de su 'plaza talismán': "Pamplona me lanzó a todas las ferias"
"El pìrata" ha asegurado que Pamplona "no dejará de ser su casa".
"El pìrata" ha asegurado que Pamplona "no dejará de ser su casa".
Este viernes ha tenido lugar un acto de homenaje para Juan José Padilla que hoy torea, por última vez, en Pamplona. En el homenaje han participado Pedro María Azofra, crítico taurino, y Angelica Calvo, directora del hotel Sancho Ramírez, que ha patrocinado el evento.
"El pirata" Padilla torea este 13 de julio en la Plaza de Toros de Pamplona junto a Andrés Roca Rey y Cayetano Rivera. Puesto que este año cuelga el capote, la expectación en el hotel era máxima con multitud de asistentes que han abarrotado la sala. Además, se esperaba la asistencia de anti-taurinos para protestar contra el diestro, pero finalmente no han acudido.
En primer lugar, la directora del hotel ha señalado que Padilla "vino a Pamplona por primera vez en 1999" y que el acto "no era una despedida, sino un homenaje al torero y a la persona" y por eso "le vamos a recibir siempre con los brazos abiertos".
En segundo lugar, Pedro María Azofra ha realizado un extenso discurso en el que ha hablado del "historial repleto de superación y de vivencias" de Padilla en el que ha remarcado que "el pirata" tomó la alternativa en 1994 y que ha toreado 25 veces en Pamplona.
El momento de mayor tensión ha tenido lugar cuando Azofra ha hecho referencia a una ocasión en la que Padilla lució una bandera franquista, por lo que luego pidió disculpas tras asegurar que no ha había visto la simbología franquista en la bandera. Este comentario no ha gustado a Padilla y la directora del hotel ha cortado al veterano crítico para dar paso al torero, que tenía prisa.
Juan José Padilla ha afirmado que Pamplona "no dejará de ser su casa" y que "el vestido de torear lo colgará, pero seguirá volviendo y disfrutando desde otra perspectiva: desde los tendidos de sol y de sombra".
También ha querido agradecer al hotel el trato que siempre ha recibido ya que, según ha dicho, los toreros son "delicados y exigentes" y en el Sancho Ramírez siempre se les ha "tratado con mucho cariño".
Antes de acabar, ha querido contar una anécdota del año en que debutó en la Monumental de Pamplona. Padilla ha explicado que llegó a Pamplona un día antes y que vio la corrida desde el callejón, donde una periodista le preguntó quién era y él respondió que a partir del día siguiente (en el que toreaba por primera vez), no iba a dejar de verle en Pamplona.
Por último, ha asegurado que "hoy será un día de grandes emociones" porque Pamplona, su "plaza talismán", le lanzó "a todas las ferias" después de recibir un cuadro por parte del artista Albert Sesma. Como no podía ser de otra manera, Padilla ha sido despedido con un largo aplauso por parte del emocionado público pamplonés.