SAN FERMÍN
La joven cuadrilla de Madrid que disfruta de San Fermín por primera vez: “Esto es increíble, alucinante”
Se quedarán tres días, alojados en el piso familiar de uno de ellos, quien ha ejercido de anfitrión con permiso paterno.

Han aterrizado en Pamplona con una mezcla de emoción y curiosidad, dispuestos a dejarse llevar por lo que tanto han escuchado: el ambiente de las fiestas de San Fermín. Son universitarios, tienen 20 años y han venido desde Madrid para vivir, por primera vez, unas fiestas que ya desde el primer paseo les han parecido “alucinantes”.
Llegaron la tarde-noche del 5 de julio y, sin tiempo que perder, salieron a recorrer las calles para respirar el ambiente previo al Chupinazo. No traían muchas cosas planeadas, pero sí la ilusión intacta.
En su primera mañana sanferminera han almorzado en una terraza del barrio de Iturrama y después han puesto rumbo a la plaza del Ayuntamiento, con algo de vino en el cuerpo y muchas ganas de fiesta. “Luego ya improvisaremos. Iremos por la calle, entraremos en bares y veremos un poco el ambiente, controlando”, han comentado con naturalidad.
Se quedarán tres días, alojados en el piso familiar de uno de ellos, quien ha ejercido de anfitrión con permiso paterno. En el grupo, todos estudian Ingeniería Industrial en Madrid, pero cada uno proviene de un rincón distinto del país.
Pozoblanco, Sevilla, Málaga, Asturias y Madrid. Se han conocido en la universidad y han formado una cuadrilla compacta, con buena química y una afición común: los toros. “En Madrid ya hemos ido alguna vez a Las Ventas”, han recordado.
El organizador de la escapada es Javier Amorós Puy, de Málaga, hijo de madre pamplonesa. Aunque ya había estado en San Fermín con sus padres, esta es la primera vez que lo vive de verdad, saliendo con amigos.
Lo acompañan Pablo Cabrera, de Pozoblanco; Alejandro Alonso, de Sevilla; Gontzal Ayuso, de Asturias, y José Aparicio, de Madrid. Todos tienen la misma edad y no ocultan su entusiasmo por lo que están viviendo. “Venimos a disfrutar. Tengo muchas ganas y con mucha hambre”, ha expresado uno de ellos mientras el resto asentía riendo.
Aunque no han hecho una planificación detallada, sí han reservado algunos momentos clave: el almuerzo del día 6, una comida en restaurante para el día 7, las entradas para la corrida de toros y también para ver el encierro del día 8. Más allá de eso, prefieren dejarse llevar por la fiesta.
Les ha sorprendido la diversidad del ambiente. “Hay gente de diferentes sitios. Muy bien. Lo de ir todos de blanco está bien, acorde para beber vino y luego mancharse todos. Es increíble, alucinante”, han bromeado.
También han agradecido el respiro del clima navarro. “Vengo de Madrid y estaba harto. Hoy hemos dormido como reyes”, ha contado uno. “Hay mucho guiri, pero se nota que esto ha cruzado fronteras”, ha señalado otro, impresionado con la dimensión internacional de las fiestas.
Van a estar en Pamplona hasta el 9 de julio y tienen claro que quieren exprimir al máximo los tres días. Entre ellos, Alejandro, el sevillano, se ha planteado incluso correr un encierro, aunque reconoce entre carcajadas: “Como me vea la familia, no le va a hacer gracia”.