Fragmentos de cerámica, tégulas romanas y cenizas de restos de cremaciones, así como los cimientos de lo que parece ser una muralla defensiva llevan a llevan a los expertos a indicar que un nuevo poblado de la Edad del Hierro ha aparecido en la cuenca de Pamplona; más concretamente en Tiebas-Muruarte de Reta, en la zona conocida como cerro de Murugáin.
Son restos arqueológicos similares a los del poblado de Irulegui, que han salido a la luz en el marco de las excavaciones arqueológicas previas de las obras de construcción del Tren de Alta Velocidad en Navarra.
La asociación vecinal de la localidad afirma que las catas arqueológicas han detectado no sólo restos óseos, sino también, que en la cara sur del monte han salido restos de la cimentación de la muralla que rodeaba el castro de la Edad del Hierro.
En este sentido, los expertos sospechan que un poblado -ya sea vascón, ya sea celtibérico- tuvo vida durante muchos años en la zona. En este sentido, los vecinos han solicitado a Adif que se desvíe unos centenares de metros el trazado previsto para preservar los restos arqueológicos o que se estudien en profundidad para sacar a la luz la historia que se esconde bajo tierra en el enclave.
Fuentes de la localidad sostienen que desde Adif les explicaron que estos restos han salido tras remover las capas más superficiales de tierra y que será necesario profundizar más para valorar lo que sale antes de hacer los informes oficiales.
“La construcción de la boca del túnel amenaza con llevarse por delante parte de la muralla. Desde la asociación Amigos de Muru Artederreta rogamos que se adelante la boca del túnel para evitar la destrucción de la construcción defensiva. También pedimos que los trabajos arqueológicos se prolonguen el tiempo necesario para que los expertos puedan estudiar a fondo la totalidad de la zona y evitar la destrucción del patrimonio”, han señalado desde la Asociación.
"El poblado de Murugain estaba situado en la parte más elevada del pueblo. Sus primeros moradores aprovecharon la orografía del terreno para construir el poblado amurallado con diversas rampas de acceso y fosos. De este modo, crearon un auténtico fortín para proteger las viviendas", apuntan.
"Si además tenemos en cuenta su emplazamiento, el poblado cumple todas las características de este tipo de asentamientos; punto estratégico elevado y despejado desde el que controlar unos cuántos kilómetros a la redonda. Algo que también podemos ver en Irulegi, poblado de la misma época y de similares características", explican desde la asociación.
