La Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra ha formado, desde sus inicios en 1954, a 11.477 estudiantes. La Universidad de Navarra celebró un evento para conmemorar y celebrar el 70 aniversario de este centro, en el que se reencontraron alrededor de unos 800 alumnos de todas las promociones, profesores y estudiantes.
El acto, que tuvo lugar en el polideportivo de la Universidad de Navarra, comenzó con la bienvenida de la rectora, María Iraburu: “Al pensar en los 70 años de la Facultad me venía a la cabeza el recuerdo de nuestros pioneros, como Luis María Santiago, Álvaro del Amo, Eduardo Ortiz de Landázuri y otros. Por supuesto, también Juan Jiménez Vargas”, destacó.
La rectora subrayó “la autenticidad de estos pioneros, que veían la medicina con máxima profesionalidad, máxima humanidad y pensando siempre en los pacientes”, características de la Facultad. Asimismo, afirmó que los más de 11.400 estudiantes que han pasado por sus aulas son “la huella invisible de esta Facultad. Es el mejor patrimonio porque prestáis un servicio a la sociedad”, añadió María Iraburu.
En el encuentro también intervino Secundino Fernández, vicerrector de Ordenación Académica y antiguo decano de la Facultad de Medicina. Durante su discurso, repasó las siete décadas de historia de la Facultad, que comenzaron con una clase impartida el 8 de octubre de 1954 en la Cámara de Comptos de Navarra, con 25 alumnos.
“De Juan Jiménez Vargas, pionero de la Facultad, descubrí cómo se debe hacer la investigación, cómo debe ser el docente. Aprendí también las bases fundamentales de la profesión y de espíritu universitario”, explicó Secundino Fernández, recordando al que fuera su maestro durante su formación.
A continuación, se celebró un coloquio protagonizado por Ramón Díaz e Inés Dorronsoro, matrimonio y alumnos de la primera y quinta promoción, respectivamente, junto a Santiago Martínez, estudiante del actual currículum integrado. Este nuevo método se impuso en 2020 en colaboración con la Universidad de Harvard y con él los estudiantes aprenden “sin que la medicina se convierta en compartimentos estancos, que sea un todo”, explicó Santiago Martínez.
“Un intangible que hace a los estudiantes únicos”
“Hoy quiero rendir homenaje a todas las personas que hicieron posible esta Facultad”, comenzó Ramón Díaz. Junto a su esposa, rememoraron anécdotas de su época universitaria. “Yo tengo que dar las gracias porque la Universidad pasó por mí y no yo por ella. Esto me ayudó a formarme como persona”, explicó Inés Dorronsoro. “Aunque ahora estudiéis con el currículum integrado -se dirigió a Santiago Martínez- hay una cosa que no debe cambiar, y es que esta es una Universidad que defiende la vida y la dignidad de la persona”, sentenció Inés Dorronsoro.
El acto concluyó con una conversación entre Marta Ferrer, decana de la Facultad de Medicina, y Joseba Campos, director general de la Clínica Universidad de Navarra, una realidad “importante y necesaria para los médicos, que deben aprender también a pie de cama”, señaló Joseba Campos citando a Eduardo Ortiz de Landázuri, promotor de la práctica clínica en la Facultad.
“Recuerdo conocer a un paciente ingresado en la fase 3 de la Clínica, que veía desde su ventana el edificio Hexágono, donde se imparten las clases. A su médico le dejó un dibujo dedicado. La dedicatoria rezaba así: ‘Para esta fábrica de ángeles’. Esta anécdota refleja a la perfección la identidad de la Facultad de Medicina: que la gente se pregunte dónde ha estudiado ese médico que le está atendiendo. Ese intangible, esa identidad, es lo que hace únicos a nuestros estudiantes”, concluyó Marta Ferrer al finalizar el acto.
