Navarra ha entrado esta semana en una fase preocupante de la onda gripal, una de las más tempranas registradas en años. El repunte ha sido rápido y sostenido, y llega acompañado de un fuerte impacto hospitalario, con 74 ingresos en solo siete días, un dato que ha encendido las alertas en el sistema sanitario.
El último informe del Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra confirma que la incidencia de síndromes gripales ha alcanzado los 338 casos por cada 100.000 habitantes, frente a los 226 de la semana anterior. La comunidad atraviesa así una onda adelantada varias semanas respecto a los patrones habituales del invierno, un comportamiento que incrementa la inquietud entre los profesionales.
La presión asistencial también ha aumentado. Se han confirmado 136 casos de gripe por PCR, más de la mitad con necesidad de ingreso. El subtipo A(H3N2) predomina con el 73% de las detecciones, seguido de un 15% de casos A(H1N1). Además, se han registrado 4 casos de covid, con dos hospitalizaciones, y 17 infecciones por VRS, de las que 11 han requerido ingreso, la mayoría en población pediátrica.
El incremento de infecciones respiratorias es generalizado y afecta especialmente a menores. La incidencia global atendida en atención primaria ha subido a 936 casos por 100.000 habitantes. Entre los niños de 5 a 14 años la tasa llega a 991, y en los de 0 a 4 años alcanza los 764, lo que demuestra que la población infantil está siendo la más golpeada por esta onda epidémica.
Desde Salud Pública confirman que la curva continúa al alza y describen la circulación del virus como “excepcionalmente temprana”. Aunque prevén que la comunidad podría estar cerca del pico, advierten de que su evolución puede cambiar en función de factores virológicos, meteorológicos y sociales. La incertidumbre sigue siendo elevada.
La campaña de vacunación, iniciada el 20 de octubre, avanza paralelamente. Hasta el 7 de diciembre se han administrado 154.763 dosis de la vacuna antigripal y 85.212 dosis frente al covid. Aun así, el departamento recuerda que la protección no depende solo de la vacunación y pide reforzar las medidas preventivas, sobre todo en entornos con personas vulnerables: evitar el contacto con sintomáticos, mantener distancia cuando sea posible y usar mascarilla si resulta necesario.
Pese al fuerte incremento de casos, la mortalidad general se mantiene estable. Entre el 24 y el 30 de noviembre se registraron 123 defunciones, una cifra similar a la media habitual para estas fechas. No obstante, los expertos piden prudencia ante una onda epidémica que continúa evolucionando.