Miguel Setuain Escales es un pamplonés “de toda la vida” que este miércoles ha cogido vacaciones hasta el próximo 4 de junio, que es cuando se jubilará oficialmente de su trabajo como técnico de sonido con 65 años de edad y los últimos 40 en RNE Navarra.
Recientemente se produjo también la jubilación del ya exdirector del centro territorial en Navarra, Alejandro Gonzalo, que ha sido sustituído por el pamplonés Javier Izu Otermin.
Este miércoles 26 de abril ha sido su último día de trabajo de Miguel Setuain como técnico de sonido en los estudios de RNE Navarra en el edificio de Telenavarra en la calle Aoiz de Pamplona, donde ha invitado a un generoso aperitivo y ha recibido varios regalos de sus compañeros.
“Hago 40 años y me voy sin pena. Hay muy buenos recuerdos de compañeros, de gente y de anécdotas. La radio sigue teniendo esa magia especial porque el oyente siempre te imagina de una forma. Siempre va a estar viva y siempre la escucharé”.
“La aventura ha sido muy bonita. Ha habido muy buenos momentos y también otros momentos muy malos. Nos ha tocado el tema del terrorismo, que gracias a Dios esa época ha pasado”, señala Miguel.
“Empecé en la antigua Radiocadena en 1983 en la calle Navarro Villoslada 17, en el actual chalet, con un contrato para sustituir y que los compañeros se fueran de vacaciones. Se convocaron oposiciones y las aprobé ese mismo año. Más tarde RNE absorbió Radiocadena y hasta ahora”.
Las condiciones de la emisora eran muy diferentes a las actuales: “Eran unos estudios muy precarios en lo que era la Voz de Navarra de toda la vida, donde hemos hecho de todo con mucha programación local. Teníamos un contacto muy cercano con la audiencia. Incluso nos llamaban por teléfono si no escuchaban a algún locutor preguntando si estaban enfermos”, asegura Setuáin.
“Abrimos los estudios de radio en el edificio de la actual Telenavarra en la calle Aoiz el 6 de julio de 1984. El traslado lo hicimos el día anterior y emitimos la tarde del 5 de julio con la programación local convencional que teníamos todos los días desde las 7 de la mañana hasta las 10 de la noche”.
Miguel Setuáin empezó trabajando "con Pedro Roncal y aquí estaban Socorrito Pemán, Celia Embúm… y muchos compañeros que ya no están o que se jubilaron antes que nosotros".
De directores de lo que era la radio he tenido "a Serafín Ramírez que es el que estuvo más tiempo, luego Julia Sanz un par de años y posteriormente estuvo Juan Yeregui. Alejandro Gonzalo cogió la dirección tanto de la radio como de la televisión, y ahora con Javier Izu".
Ha habido una revolución tecnológica en el campo de las comunicaciones. “Hemos pasado de trabajar con la cinta abierta del magnetofón a los ordenadores actuales que son una maravilla, donde puedes trabajar desde cualquier punto del mundo. Se ha pasado de lo analógico a lo digital y las redes de comunicación”, señala Miguel.
Han trabajado muchos años con el teléfono de siempre: "Incluso en aquellos años les desmontabas el teléfono en la casa donde estabas y hacías la transmisión. Luego llegó la unidad móvil que supuso una revolución por la calidad que daba, y ahora con la telefonía 4G y 5G se conecta más fácil y mucho más sencillo con internet".
La tecnología facilita ahora mismo que cualquier persona "con creatividad e imaginación" tenga una emisora de radio por internet, "donde hay un mundo extensísimo. "Los podcats actuales también son la radio de toda la vida, solo que lo puedes escuchar a cualquier hora del día en miles de plataformas", indica Setuáin.
Ahora Miguel dispondrá de su propio tiempo, "ya que la radio tiene esa cierta esclavitud de estar las 24 horas pendiente porque en cualquier momento salta la noticia. Ahora haré un poco más de deporte con el golf que es mi deporte favorito al que le dedicaré más tiempo, el bricolage y estudiar algún idioma, etc".
Finaliza recordando una anécdota en las antiguas cabinas de El Sadar con Osasuna “donde hemos compartido muchas horas y muchos partidos. Lo mal que lo pasaste en una semifinal de Copa con el Huelva que íbamos ganando y donde al final nos eliminaron en 2003”, concluye Miguel Setuáin, que deja la radio con una gran sonrisa y muchos amigos.
