Un pueblo navarro ha sido designado como el destino más bonito para viajar en octubre por la prestigiosa revista National Geographic, es un tesoro escondido a tan solo 85 kilómetros de la bulliciosa Pamplona.
Situado en el corazón del hermoso Valle de Salazar, este pequeño pueblo de casas de piedra parece haberse detenido en el tiempo, ofreciendo a los visitantes una experiencia única y encantadora.
La belleza de esta localidad radica en su arquitectura tradicional de piedra y madera, que se integra perfectamente en el entorno natural que lo rodea. El río Anduña serpentea a través del pueblo, añadiendo un toque de serenidad y frescura a la atmósfera.
Los balcones de las casas están decorados con geranios rojos, que en octubre todavía desafían al frío con su vibrante colorido, creando una estampa visualmente impresionante y acogedora.
Al caminar por las calles adoquinadas, el tiempo parece ralentizarse. El sonido de los pasos sobre los adoquines es el único ruido que rompe la tranquilidad de este lugar, aparte del suave murmullo del río Anduña a su paso. La sensación de paz y calma es palpable en cada esquina, haciendo que los visitantes se sientan transportados a una época en la que la vida se vivía a un ritmo más pausado y conectado con la naturaleza.
Uno de los mayores atractivos de Ochagavía es su entorno natural. La villa se encuentra en las faldas de la Sierra de Abodi, un paisaje montañoso que sirve de telón de fondo a la localidad. Los amantes de la naturaleza encontrarán en este lugar un paraíso para practicar el senderismo, la observación de aves y otras actividades al aire libre.
Los bosques de la Sierra de Abodi son especialmente hermosos en octubre, cuando los colores del otoño pintan el paisaje de tonos dorados y rojizos, creando un espectáculo visual inolvidable.
Ochagavía también es conocida por su gastronomía tradicional navarra. Los restaurantes locales ofrecen deliciosos platos elaborados con productos frescos y de calidad, como los chocolates hechos en la selva Selva de Irati, mermeladas artesanales, miel de caserío o pastas tradicionales.
Entre los platos típicos que se pueden disfrutar se encuentran el cordero asado, las migas de pastor, el queso de Roncal y la sidra de Navarra. Los visitantes tienen la oportunidad de degustar auténticos sabores de la región en un ambiente acogedor y auténtico.
El pueblo es un destino perfecto para aquellos que buscan una escapada tranquila y enriquecedora en octubre. El clima en esta época del año es fresco y agradable, lo que lo convierte en un lugar ideal para pasear por sus calles empedradas y disfrutar de las vistas panorámicas de la Sierra de Abodi.
Además, octubre es el momento en que los bosques de la región alcanzan su máxima expresión de colores otoñales, creando un paisaje mágico y fotogénico. Destacan los palacios medievales de Urrutia, Iriarte y Donamaría, así como los caseríos blasonados.
En resumen, Ochagavía es el pueblo más bonito para viajar en octubre según National Geographic. Un un rincón encantador de Navarra que cautiva a los visitantes con su arquitectura tradicional, su entorno natural impresionante y su atmósfera tranquila y relajada.
Un pueblo donde el tiempo parece haberse detenido, permitiendo a los viajeros desconectar del ajetreo de la vida moderna y conectarse con la belleza de la naturaleza y la riqueza cultural de la región. Ochagavía es un destino que invita a explorar, relajarse y disfrutar de la auténtica vida rural de Navarra.
