• jueves, 02 de mayo de 2024
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SOCIEDAD

La navarra de 82 años que no para de vender pimiento del piquillo en Lodosa: "La gozo un montón"

Asegura que es la cuarta generación de su familia: "Mi abuelo, mi bisabuelo y mis padres también cultivaban pimientos y los vendían".

Raquel y su hija Dina muestran los pimientos asados congelados en Lodosa. Navarra.com
Raquel Lasheras, a la derecha, y su hija Dina Romero muestran los pimientos asados al vacío en Lodosa. Navarra.com

La localidad navarra de Lodosa celebra cada primer fin de semana de octubre su jornada de exaltación del pimiento del piquillo, que se recoge en sus huertas para deleite de vecinos y visitantes.

Se trata de un evento que busca poner en valor un pimiento, autóctono de Navarraque se produce en el término geográfico que lleva su nombre, Lodosa, y en los municipios cercanos como Andosilla, Azagra, Cárcar, Lerín, Mendavia, San Adrián y Sartaguda.

También tiene lugar el Mercado del Piquillo, con stands de los conserveros locales incluidos en la Denominación de Origen, un puesto de asado y venta de pimientos.

Es un encuentro popular en el que se celebra el inicio de la campaña del pimiento, y que está organizado por el Ayuntamiento de Lodosa en colaboración con la Denominación de Origen Pimiento del Piquillo de Lodosa.

Una de las mujeres de Lodosa que lleva toda la vida asando y vendiendo pimientos es Raquel Lasheras Eras. Tiene 82 años y lleva "igual 60 años asando y enrastrando pimientos cuando se colgaban por todo el pueblo". Su familia era del campo: "Mi marido, mis padres, mis abuelos y los padres de mi marido. Todos del campo y cuando no se asaban se enrastraban".

Llevo toda la vida en el pimiento: "Desde que valía para ayudar. Al principio embotábamos muy poco para casa, pero luego empezó a venderse en botes y vendíamos". Ayuda todo lo que puede a sus años: "Siempre al pimiento. Me encanta. Ahora hago poco y es mi hijo Jonás el que lo lleva casi todo con ayuda de toda la familia".

Tienen clientes fijos desde hace mucho tiempo: "Hay gente que viene desde hace 35 años a comprarme pimientos desde Bilbao, San Sebastián, de Madrid", señala Raquel con orgullo.

"Ha venido uno hace poco de Pradejón y me ha preguntado si teníamos algunos. Esto me da vida mi vida porque yo lo gozo un montón vendiendo pimientos. Ni me duele la rodilla. No me duele nada".

Los pimientos de Lodosa destacan porque no son grandes, y Raquel añade más características: "La clase lo primero y yo creo que es la tierra". Se vende en bote y al vacío mucho. El año pasado en la fiesta del piquillo se vendía mucho. Ahora ya ha empezado porque vienen antes. "Con el calor salen antes. Si acaso habrá algunos más picantes porque salen así cuando hay sequía y mucho calor", explica Raquel.

La familia Romero Lasheras pelando pimientos en su bajera de Lodosa. Navarra.com
La familia Romero Lasheras pelando pimientos en su bajera de Lodosa. Navarra.com

No pueden vivir solo de los pimientos: "Es una ayuda porque mi hijo tiene tenemos también tomates y mucha verdura. Tengo cuatro hijas y dos hijos que son los que me ayudan con los vecinos. Vendemos bastantes kilos porque nos conocen en muchos sitios", indica Raquel.

El día de la fiesta grande del pimiento "vendemos un remolque entero en el Paseo, y a lo mejor no le llega, y todas las hermanas aquí embotando. Se vienen todas con los maridos, los yernos, los hijos, nueras, toda la familia. Reparten, ayudan, asan, pelan y preparan platos de pimientos sin parar". 

Raquel asegura que el año pasado "mi yerno hizo un paté de pimiento buenísimo pero este año no lo podrá hacer porque está trabajando en Japón", concluye Raquel Lasheras.

El pimiento certificado por la Denominación de Origen Pimiento del Piquillo de Lodosa, ampara la conserva de pimientos del piquillo rojos de las categorías Extra y Primera de la variedad “piquillo”, cultivados y elaborados exclusivamente en los ocho municipios.

Son los ocho que están amparados por el Reglamento: Andosilla, Azagra, Cárcar, Lerín, Lodosa, Mendavia, San Adrián y Sartaguda. Una vez recogidos, son transportados a las conserveras donde, una vez limpios, pasan al asado por llama directa.


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