• viernes, 29 de marzo de 2024
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SOCIEDAD

Las 'afecciones' a los animales de Sendaviva: "Les encanta curiosear e incluso jugar con la gente"

La directora ejecutiva de Sendaviva explica que los animales "necesitan activación" pese a que conservan "su rutina intacta, con sus costumbres, sus salidas y sus juegos".

Las crías de tigre blanco, Zuri y Tristán, nacidas el año pasado en el parque estrenarán un hábitat remodelado SENDAVIVA
Las crías de tigre blanco, Zuri y Tristán, nacidas el año pasado en el parque estrenarán un hábitat remodelado SENDAVIVA

La ausencia de público por el estado de alarma genera un incremento de la curiosidad en los animales que habitan en zoológicos, acuarios y parques naturales, además de un mayor deseo de interactuar con sus cuidadores, explican a Efeverde trabajadores de estos espacios, que mantienen diariamente, y en la medida de lo posible, las rutinas de las distintas especies.

En el caso del Parque de Naturaleza Sendaviva de Navarra, la directora ejecutiva, Ana Marta Torres, detalla que son más de doscientas las especies diferentes que conviven en el mismo recinto y que conservan "su rutina intacta, con sus costumbres, sus salidas y sus juegos".

Aunque todavía no hay fecha para la reapertura de estos espacios, los expertos coinciden en que no creen que, cuando se produzca, afecte de manera negativa: aunque "los animales ahora están en un momento de calma, necesitan activación" y "les encanta curiosear e incluso jugar con la gente que les observa", según Torres. 

Igualmente, el director de biología del Zoo de Madrid, Agustín López, argumenta que se deben "mantener sus ritmos y las tareas de cuidados ayuda a asegurar su bienestar", y de ahí el esfuerzo para que todos los animales continúen con su vida cotidiana a pesar de la amenaza de la COVID-19.

En el mismo sentido, el Acuario de Gijón ilumina regularmente los pasillos de sus instalaciones como si el aforo de visitantes fuera normal, ya que una alteración en los horarios de luz "podría perjudicar a los cerca de 4.000 animales que nadan en sus tanques", apunta su director general, Alejandro Beneit.

Ahora bien, son muchos los animales que han notado la ausencia de público y por ello sus cuidadores, en los que apenas reparaban antes del estado de alarma, se han convertido en motivo de curiosidad, según reconoce una de las veterinarias de Bioparc en Valencia, Loles Carbonell.

"Cuando había gente y pasabas a su lado, no te hacían mucho caso, pero ahora he observado cómo se fijan en nosotros y se acercan hasta la orilla de las rías, que es la zona más cercana al público, para vernos", señala Carbonell.

Algunos animales más acostumbrados a interactuar con el público, como las cabras de granja del zoológico madrileño, notan más esa ausencia y "buscan nuestra cercanía cuando nos aproximamos con mayor frecuencia de la normal", reconoce el biólogo del centro, para quien conejos y aves, también aprovechan la falta de humanos para "ampliar el radio de su territorio".

La primavera "significa un período de mucha actividad debido al boom de nacimientos, embarazos y el inicio de cortejos", y los recintos se están llenando de polluelos de búho real, lechaza y hasta una cría de elefante en Madrid, y de muflones, patos, ovejas, ciervos y gamos en Sendaviva.

Desde Bioparc, Carbonell celebra "con gran alegría" que durante el confinamiento se produjo el alumbramiento de dos especies en peligro crítico de extinción: una gacela Mohrr y un antílope bongo.

El coronavirus ha obligado a tomar medidas entre el personal que atiende todos estos centros reduciendo el número de trabajadores e incrementando, además sus ya de por sí estrictas medidas de higiene.

Sus equipos de protección han extrañado especialmente a las aves rapaces, que también siguen entrenando sus números y han debido acostumbrarse al nuevo aspecto de sus cuidadores "poco a poco", aclara López.


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