SUCESOS
Así ha caído la banda que engañó a once navarros con coches falsos en redes: “Parecía todo legal”
Los estafadores consiguieron engañar a once vecinos de seis localidades navarras con falsos anuncios en redes sociales.

La Guardia Civil de Navarra ha desarticulado una red criminal que estafaba en la compraventa de vehículos a través de una plataforma de una red social, en el marco de la Operación PREMIUM23.
Según ha informado el cuerpo policial, la investigación se inició tras detectar varios fraudes con el mismo modus operandi. Se han esclarecido 11 estafas por un valor total de 36.000 euros, con víctimas en Peralta (5 casos), Azagra (2), Cintruénigo, Carcastillo, Castejón y Pamplona.
La operación ha concluido con la investigación de tres personas, todas ellas residentes en la Comunidad de Madrid, como presuntas autoras de delitos de estafa, falsedad documental, usurpación de identidad y pertenencia a organización criminal.
La investigación arrancó tras las denuncias presentadas por varios vecinos de Peralta, que aseguraron haber sido víctimas de una estafa al intentar comprar vehículos ofrecidos en redes sociales. Los afectados realizaron transferencias bancarias después de recibir documentación aparentemente legal: una factura falsa, supuestamente emitida por la empresa de transporte, así como papeles del coche y del presunto propietario.
Al no recibir el vehículo ni poder volver a contactar con los supuestos vendedores, interpusieron denuncia en las Oficinas de Atención al Ciudadano de la Guardia Civil de Peralta.
El caso fue asumido por el Equipo@ Navarra, especializado en ciberdelitos. Gracias a las diligencias practicadas, se identificó a tres individuos que habían organizado una estructura criminal, dedicada a cometer este tipo de fraudes por internet.
La red actuaba con un alto grado de especialización, usando técnicas de ingeniería social, falsificación de documentos y herramientas de anonimato digital. Para dificultar el rastreo, empleaban identidades falsas con las que contrataban líneas de teléfono, abrían cuentas bancarias y se registraban en redes sociales.
Las extracciones de dinero se realizaban en cajeros automáticos concretos, ubicados en zonas de la Comunidad de Madrid con poca videovigilancia, lo que dificultaba su identificación.
Las diligencias han sido ya remitidas a la autoridad judicial competente.