Tras las tormentas de la noche previa, el piso de la plaza de toros de Sangüesa se encontraba en perfecto estado en el momento que el portón de cuadrillas se abría para que Sánchez Vara, Esaú Fernández y El Adoureño trenzasen el paseíllo, culminado con un minuto de silencio en honor a las víctimas de la pandemia de Covid-19. El hierro segoviano de Los Derramaderos traía a tierras forales un encierro muy bien presentado, pero de comportamiento desigual.
Volvía Sánchez Vara a Navarra tras enfrentarse el pasado mes de julio a los pupilos de Reta en la francesa plaza de Céret. Su primero, de espectacular lámina, recibió un puyazo trasero y fue banderilleado por el propio matador, algo habitual en su repertorio. Con la muleta, el de Guadalajara lo intentó con éxito en un principio, pero Barbadillo se defendía “in crescendo” con cabezazos a la altura del pecho del torero. No quiso alargar SV y tras media estocada y dos descabellos fue ovacionado por la concurrencia. En su segundo, cuarto en orden de lidia, el tercio de varas se caracterizó por el desorden, tanto en el caballo que guardaba la puerta como en la contraquerencia. Con la franela, la clave estaba en aguantar a media altura, sin exigir al animal. Tras una estocada caída y un descabello, el palco otorgó una oreja ante la petición popular.
Parecía que el paso de Sánchez Vara por Sangüesa había terminado, pero tras la lidia del sexto, se anunció que lidiaría el sobrero, de nombre Correvero, como regalo del ganadero y la empresa. Así pues, cuando la noche ya era una realidad, salía SV a por todas con el calor de público. Desde el recibo capotero, de corte clásico y rematado por una media verónica, el torero estuvo metido en la lidia, mandando picar en dos ocasiones al toro y protagonizando un soberbio tercio de banderillas a los sones de la Jota Vieja de Sangüesa. La faena, basada en el toreo por ambos pitones, fue especialmente jaleada por el pitón de pecho, resaltando dos grandes pases de pecho. Como epílogo, la estocada de la tarde. Cuadrado en suerte contraria, frente a toriles y ante un astado cuyas defensas no son fáciles de ver habitualmente en esta plaza. Dos orejas, la alegría y el triunfo como fin a la tarde de SV.
Esaú Fernández tuvo suerte en el sorteo. La diosa Fortuna quiso que el lote más manejable en su conjunto fuese a parar a manos del sevillano. Fogatero, nº 15 y segundo de la tarde, recibió un breve puyazo, visto y no visto. En banderillas, el propio matador se preocupó por dirigir la lidia con el percal, en tanto que con la muleta rápidamente comprendió que el pitón era el derecho. Con la zurda, el burel protestaba, por lo que el sevillano hubo de someter al animal, que desbordaba por la diestra. Un bajonazo en suerte natural colgó del esportón de EF el primer trofeo de la tarde.
No fue la tarde de los varilargueros, tal y como se vio en el quinto de la tarde, al que el piquero agració con un puyazo de nuevo trasero y excesivo. Habiendo pedido el cambio de tercio cuando del lomo de Ropalarga, brindó el de Camas a la parroquia desde los medios iniciando su faena a pies juntos. No se hizo esperar el torero y pronto cambió la muleta a la mano zurda, aprovechando el largo recorrido humillado de un toro venido arriba. Para calentar a los tendidos sangüesinos, ajustadas luquesinas fajándose con el animal. Pinchazo hondo con la tizona y un descabello antes de una tormenta de pañuelos que lograron la concesión de dos apéndices.
Para El Adoureño, la tarde no empezó con buen pie. Lunito, nacido en marzo de 2017, fallaba de manos de salida, por lo que el excesivo ensañamiento piquero provocó una mayor flojera al bur.el. Dispuesto a conseguir el triunfo, el diestro se fue directo a la solanera, a quienes brindó la faena. Sin embargo, tras ser lanzado por los aires al ejecutar un pase de pecho, poco pudo hacer ante un astado al que era imposible exprimir un solo muletazo. Para colmo un mitin con el descabello fue el previo a su paso por la enfermería, sin mayores consecuencias por suerte.
Para alegría de toda la plaza, el sexto de la tarde fue otro cantar, de hecho, el mejor ejemplar del encierro segoviano. Triunfador hizo justicia a su nombre y propició el éxito del espada galo, que lo recibió con garbosas chicuelinas y una pinturera revolera. Tras un revuelto encuentro con el caballo, enorme tercio de rehiletes, desmonterándose merecidamente los peones del francés. Tras brindar al empresario e iniciar el trasteo con dos tandas por el pitón derecho, el Adoureño probó suerte con la zurda, aprovechando la larga y profunda embestida de un animal cuyo motor parecía no tener fin. Destacó sobremanera un pase de pecho interminable, previo al arrimón final frente a los tendidos de sol, donde se atrevió con derechazos mirando al tendido, desplantándose de rodillas como colofón. Un pinchazo y una estocada trasera, fueron previo a las dos orejas. Por su parte, Triunfador, que se agarró con gallardía a la vida y fue ovacionado, fue premiado con una lenta vuelta al ruedo.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros de Sangüesa, sábado 25 de septiembre
Sánchez Vara: ovación, oreja y dos orejas en el sobrero de regalo.
Esaú Fernández: oreja y dos orejas.
El Adoureño: silencio y dos orejas.
Toros: ganadería de Los Derramaderos (Segovia), de buena presentación y juego desigual, ovacionados 5º y sobrero, vuelta al ruedo al 6º.
Presidencia: Lucía Etxegollen Ojer, asesorada por Santiago Guallar Tiebas (taurino) y Andrés Pemán Calvo (veterinario).
Incidencias: tres cuartos del aforo permitido.
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