Un juez de Tudela ha dictado este sábado un auto por el que acuerda el alejamiento a 10 metros de centros religiosos de culto católico al magrebí que el pasado jueves atacó y quemó varias imágenes de la Virgen en la iglesia de Fontellas.
Considera que se trata de un acto de una facción islámica contraria a los valores religiosos de occidente. Tampoco podrá acercarse a actos o ceremonias religiosas, como una procesión, de culto católico, sean públicas o privadas.
Esgrime en el auto que se trata de proteger los edificios católicos de más ataques, por lo que procede imponer "la medida de prohibición de acercarse o entrar en edificios, centros o lugares que tengan uso de culto religioso católico, así como cualquier acto de este contenido, estando vigente esta medida hasta la finalización de la causa bien por archivo bien por sentencia firme".
La Policía Nacional detuvo el viernes al autor del ataque, un magrebí residente en la Ribera. Fue el propio párroco de Fontellas quien alertó a las asistencias porque salía humo del tempo. Una de las capillas laterales quedó completamente destrozada y varias figuras ardieron. Parte de la ornamentación del techo de la capilla se cayó, y la nave del templo quedó ennegrecida por el hollín.
Desde el primero momento se consideró que el fuego era intencionado. La policía localizó en menos de 24 horas al autor, sobre el que el juez ha tomado ahora esta decisión de alejamiento de edificios de culto católico.
En el auto, el magistrado considera que en los últimos meses, el hombre se había radicalizado después de llevar una vida aparentemente normal. Sin embargo, tras volver de vacaciones a su país de origen, Marruecos, llevó a cabo la acción contra la iglesia de Fontellas, algo que significa un ataque al "patrimonio histórico cultural dado su valor económico y su valor para la mayoría de la localidad".
El juez considera en su auto que se trata de una acción más o menos coordinada por parte de una facción Islámica contraria a los valores religiosos occidentales.
El hombre ha reconocido los hechos, no se ha arrepentido y ha manifestado que se ha ganado el cielo gracias a su acción. Además, según las investigaciones de la policía, parece ser también el autor de otros ataques a iglesias de otras localidades cercanas en la Ribera de Navarra con daños en símbolos religiosos católicos, como la rotura de libros sagrados.
Según el juez, que pone de manifiesto que el hombre quemó unas "banderitas" al confundirlas con símbolos religiosos, todo hace pensar "que existe en el investigado una radicalización de carácter religioso, que no viene motivada por consumo de alcohol o drogas según el mismo manifiesta, ni en principio de alteración mental alguna".
Por este motivo el juez considera que hay que proteger los edificios y lugares de culto católico para impedir que se reiteren estas acciones, "que con mayor o menos interés económico, vienen a producir una desazón e incluso indignación en las localidades donde se han producido".