Tan claro se veía que se cumplió: o iba Osasuna a por el 3-1 o empataría a dos. Al técnico osasunista le pega ser jugador de pequeña en el mus, quizás también por eso muestra tal desprecio por la mitad de su plantilla.
Las lagunas defensivas iniciales fueron superadas gracias a la oportunidad del gol que acortó distancias a los dos minutos, a la entrada de Miguel de las Cuevas, y a un inconmensurable Mikel Merino.
Dos goles de Mikel Merino (m.16 y m.88) y uno de Roberto Torres (m.75) le dan la vuelta al marcador ante el Numancia, que se adelantó con dos goles al cuarto de hora.