No deja de ser curioso que hable de estado autoritario uno de los grandes “autorizados” de este país. No deja de extrañar que alguien que siempre gozó del respeto y admiración de toda una nación y alrededores eche por tierra toda su capacidad intelectual y empática con una enorme pléyade de seguidores por la genuflexión que exige la ideología de la mediocridad.