• miércoles, 18 de junio de 2025
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Opinión

El matón es en sí mismo alguien cobarde. No suele actuar en solitario, sino que, más al contrario, se abriga en el grupo en el que probablemente muy pocas personas decidan.

Nada más lejos de mi intención que insultar al pueblo catalán; ni a uno siquiera de sus ciudadanos. Entre ellos, cuento con parientes y con buenos amigos. Todo mi respeto hacia ellos, incluidos los que albergan el viejo virus nacionalista.

El dos de febrero es el día de la marmota, tradición que dice que se puede predecir el final del invierno según el comportamiento de una marmota cuando sale de hibernar. Una versión climatológica del pulpo Paul en el futbol más o menos.

Soy un lunático, esto dice mi horóscopo -por echarle la culpa a algo en lo que no creo-. Cancer. Lunático. El caso es que veo una luna -imagínate con la superluna azul que acabamos de vivir- y me quedo hipnotizado, con la fijación con la que me gustaría mirar el sol.

Conviene parar de vez en cuando; bajarse del voraz y loco día a día, echar la vista atrás por un momento para recopilar todo lo ocurrido durante los últimos dos años y medio y ver el debate actual con más perspectiva. Más allá de los rifirrafes diarios, en Pamplona existe un evidente choque de modelos de ciudad.

El otro día me puse a enredar en el perfil de un cargo público/carga pública de Irroña en Twitter que me dijeron que era un huracán. No tengo el gusto ni ganas de tenerlo. Un tal Saralegi. Saralegi el barullas.

Quiso, eso es innegable, pero no pudo. El equipo de Diego Martínez sufre serios problemas cuando necesita proponer. Un fallo en la salida de balón, que tampoco tiene, evidenció de nuevo sus carencias en El Alcoraz.

Hay semanas en las que hay tantos temas sobre los que apetece escribir que es difícil decidirse, el problema es que suelen ser los mismos y cuando empiezas a escribir tienes la sensación de repetirte, ¿no les pasa?, ¿no tienen la sensación de estar discutiendo en bucle?

El pasado 18 de enero se entregaron los Premios Ciudadela de Pamplona en un bonito acto que dio paso a un vino español donde los rumores y deseos para la próxima feria del toro tuvieron especial protagonismo entre los corrillos de aficionados que allí se dieron cita

La asombrosa actitud del inefable Spiderman, delegado de Ecología Urbana y Movilidad (observen el detalle de lo de “Movilidad”), frente a la lamentable sucesión de atropellos en Pamplona, alguno de los cuales ha acabado, lamentablemente en el fallecimiento del peatón, está provocando una ola de indignación general entre la ciudadanía.

La serie de opiniones, soluciones y propuestas en la interpretación de determinadas leyes que el denominado proces a través del bloque independentista está ofreciendo a la opinión pública son un auténtico dislate, y una vulgar mofa del ordenamiento jurídico.

Un edificio en el Casco Antiguo, un chalé en la Cuesta de Labrit, el intento de disfrutar de una propiedad en pleno Paseo Sarasate… hasta acabar en un Palacio Barroco. Hay que reconocer que, de okupas, en Pamplona podemos presumir. Hay nivel. 

Una de las mayores ventajas que tiene viajar es poder hablar con gente que poco o nada tiene que ver contigo, se aprende un montón escuchándoles, a veces hasta caes en la cuenta de que no tienes razón.

Hace un par de meses, el exlíder militar bosniocroata Slobodan Praljak se suicido tomándose un chupito de veneno mientras escuchaba cómo el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia confirmaba su condena a 20 años por crímenes de guerra.

Desde el máximo respeto que tengo a los que enfrentan a tal desafío, y más hacia quien no tiene un “tabaco sino un estanco entero”, uno era de aquellos que mencionaba al “Cavallino Rampante” al referirme a ti.

El castellano o español es un lenguaje muy curioso pero rico en significados. Según el contexto en la que se encuentre, una sola palabra puede señalar cosas distintas y por el contrario, varias palabras vienen a significar lo mismo.

Me gustaría no tener que hacer este artículo pero la realidad es así de cruda y no podemos obviar una realidad que se da en nuestra sociedad, estoy hablando del suicidio y en concreto de los suicidios que se producen dentro de los cuerpos de seguridad.

Confieso que aún estoy boquiabierto tras ver cómo una jicha/jitxa del Peneuve viene desde Vizcaya a Pamplona a mearse en nuestras instituciones y la presidenta de Navarra, lejos de afearle el charco de orín que deja en casa ajena, se pone de parte de la meona a echarnos la bronca a los que flipamos.

No creo que les sorprenda si les digo que mis dos noches favoritas del año son dos noches de cinco, enero y julio; víspera de Reyes y víspera de 6 de julio.

Resulta curioso comprobar cómo el nacimiento de Tabarnia, una parida que en principio no tiene más recorrido que el de provocar cierta diarrea mental en sus detractores, ha sacado a relucir las vergüenzas de los portadores de las células madre de la democracia.

Aún recuerdo la primera vez que me regalaron un perro, puedo recordar cada detalle con total claridad, más por lo chocante de la situación que por una privilegiada memoria eidética.

Este final de año se está vengando de la pertinaz sequía de 2017 en forma de pertinaces lluvias. Como ven, lo relevante de cualquier cosilla relacionada con el clima radica en su condición de pertinaz.

El último artículo del año parece que tenga que estar destinado a resumir los mejores momentos del año, o a escribir las propuestas de mejora para el año entrante, y ninguna de las dos cosas me gustan, les explico por qué, y a ver como salimos de esta.

Ah, la vida, ese loco teatro del mundo calderoniano, esas risas, esos llantos, esos dramas, comedias. Esto es espectáculo, que gritaba Robert De Niro cuando interpretó a Jake LaMotta en Toro Salvaje. Hasta que echemos el telón, ¡vivamos!

Feliz 2017. Así me felicitaba Paula las navidades y el año entrante, y lo que empezó como un error acabó en una broma sobre que igual no era tan mala idea repetir el año, empezarlo de nuevo.
 

¿Amabilización? Mire, se lo diré con las palabras de mi recién estrenada biografía: vaya a vender sus neuras a otra parte, aquí estamos servidos.

Cada vez que veo las fotografías que ha mandado el robot Curiosity desde Marte siempre me hago la misma pregunta. ¿Si el ser humano colonizara ese planeta, cuánto tardaría en surgir nacionalistas marcianos?

Es la pregunta del millón, una especie de mantra que se ha extendido como limitador de las posibilidades personales pero, ¿qué es lo que limita? ¿La estructura o la capacidad? Incluso la predisposición me atrevo a decir.

¿El fascismo es de derechas, de izquierdas? Para aquellos que ven el mundo moderno como una reminiscencia de los fascios italianos y sueñen con Franco comiendo fuet, puede que esto les cause una embolia cerebral, mis disculpas por adelantado.

Se trataba un partido de fútbol norteño, en medio del temporal y el barro pero, a diferencia del Oviedo, el equipo de Diego Martínez salió a ejecutar fútbol de salón y así le fue. Tercera derrota consecutiva.

La situación política en Cataluña está para muy pocas bromas. No me preocupa la de aquellos que no respetaron el ordenamiento constitucional al declarar la independencia de Cataluña. Ellos arrostrarán ante los tribunales de justicia los efectos de las responsabilidades que les correspondan.

A falta de sentencia firma debo confesar  que el juicio no me ha sorprendido en exceso. Algo más desprevenido me han encontrado ciertas actitudes y manifestaciones que han acompañado el desarrollo de este proceso tan convulso

Me gusta pensar que la obcecación es algo propio de los malos y la constancia de los buenos, pero al final es el objetivo lo que definirá que es bueno y malo.

Igual que dos malas decisiones no hacen una buena. Esa regla matemática de que dos negativos multiplicados dan positivo no aplica en la vida real, multiplicar dos errores lo único que consigue es un error todavía mayor.