• miércoles, 30 de abril de 2025
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Opinión

Un amigo mío escritor de Pamplona que vive en el exilio, que siempre es una fiesta, se quejaba el otro día en su muro de Facebook de qué hacía con un artículo laudatorio-florido-luminoso sobre esta ciudad que acababa de escribir y que se lo había chafado el mal tiempo.

Quedan pocos días para la gran cita del día 3 de junio en Defensa de la Bandera de Navarra y sí, estaré allí, a las seis de la tarde, frente a la puerta del Parlamento de Navarra, como un ciudadano más, defendiendo la nobleza de todo un pueblo, su historia, su lengua, sus símbolos, su bandera, su propia identidad.

Esta semana han concedido el Princesa de Asturias a la selección de rugby de Nueva Zelanda, los All Blacks, por ser un ejemplo de integración.

El vicepresidente de Derechos Sociales del Ejecutivo foral, Miguel Laparra, alerta, preocupado, de la “insuficiente” natalidad, que conlleva "un desequilibrio demográfico" en la pirámide de edad de nuestra Comunidad Foral.

Hay algo en Rafael Moneo que me fascina, y salvo excepciones como puede ser el palacio de congresos del Kursaal en Donosti, no son sus edificios. Me pasa desde siempre, pero hasta hace poco no había intentado descubrir qué es eso que tanto me atrapa del arquitecto navarro.

Nunca había oído tantas quejas, en tan poco tiempo, hacia un gobierno que claramente no está del lado de los currantes y que se ha empeñado en machacar a la clase media.

En juego estaba el farolillo rojo momentáneo, pero ni dio esa impresión  en ningún momento del partido. Osasuna echó el telón a la temporada en su feudo con la misma imagen de impotencia que en el resto de la temporada

Por mucho que el término conectividad parezca ahora inevitablemente unido a redes, wifis, algoritmos y cuatros-puntos-ceros, la realidad es que los nexos entre las diversas parcelas que forman el engranaje de la sociedad en la que convivimos son evidentes.

El 15 de marzo del año 44 a.C, al grito sic semper tyrannis (de este modo siempre con los tiranos), apuñalaron hasta la muerte a Julio César, en un local del teatro Pompeyo en Roma. Los magnicidas se consideraban legitimados: en su opinión, estaban salvando la República.

Hace unos días recibí la invitación de la Hermandad de Paz y Caridad, mi Hermandad, para acudir los viernes del mes de mayo a la ofrenda floral ante la Virgen Dolorosa de la Parroquia de San Lorenzo de Pamplona y hoy he visto a unas niñas esperando el autobús de su colegio con tres o cuatro flores en la mano.

Acabamos de sufrir en nuestras propias entrañas un nuevo caso de abuso sexual en las fiestas de la Chantrea, en donde ha sido agredida una menor por parte de otro menor. Ante la violencia de género, no podemos, ni debemos, estar callados. ¡Hay que parar esto!

Un gol al cuarto minuto tampoco ayudó a ganar, en este caso al Deportivo, pero no importa. Ni seguir de colista ya descendido cortó la fiesta en El Sadar. Pareció como que solo la lluvia puso notas de tristeza.

La semana en la que se ha consumado el descenso de mi 'Osasunica' puede ser la misma que confirme el descenso a los infiernos de Aguirres y Pujoles. Los primeros por una mezcla de falta de madurez deportiva y también estructural, los segundos por algo parecido pero con más cara.

Siento no ser más imaginativo con el título, pero, para terminar el mes de las letras -Abril- no se me ocurre mejor manera de rendir homenaje, que robarle le el título de su libro a C.P. Weiler para mi reflexión semanal.

Premio Cervantes.  Triunfante el gran escritor. Triunfante el humor, el denostado humor. Ese arte siempre “secundario” y siempre denostado por todos aquellos que no arrancarían una mueca feliz a una manada de hienas puestas de hachís.

El poco fútbol que hubo en El Sadar fue del Sporting casi todo. Aunque el equipo navarro se puso por delante con dos goles, los asturianos encontraron al final un merecido premio sacando los colores a la defensa.

Es común justificar la forma de actuar diciendo que se hace a la manera de cada cual, como si eso fuera suficiente.

Si ahora fuéramos a un centro comercial en las afueras de cualquier ciudad  y nos lo encontráramos medio vacío, con muchas tiendas con las persianas echadas, sin apenas público, pensaríamos que sucede algo extraordinario. 

No hay nada que me guste más que sentarme en una terracita al lado de algún grupo de aberchándales, pedir una caña, meter oreja y escribir a su dictado algún artículo. Me chifla ponerlos en el microscopio, vamos.

A las puertas de Semana Santa, la banda asesina ETA se autoproclamó organización desarmada y enmarcó esta calificación como un compromiso adquirido con el pueblo vasco. Se ha quedado muy corta en ese compromiso.

Yo creo en la superioridad moral de las ciudades. El campo está para alimentar a las urbes y que estas puedan ser el motor evolutivo de toda la sociedad. Es lo que hay, no lo invente yo, me limito a constatarlo.

La primera victoria en casa fue celebrada de principio a fin igual que un título. El fútbol le debía una a El Sadar y en el partido 31 de Liga se la pagó con el segundo triunfo consecutivo, tercero de la temporada.

No consigo quitarme de la cabeza la imagen del padre sirio con sus dos hijos gemelos muertos en sus brazos después del ataque químico que alguien ha hecho en nombre de alguien para restablecer un sistema u otro según a quien preguntes. Pero los hijos muertos son de ese hombre, y sólo de él.

Al final los virus no me han matado. Creo. Estoy muerto pero por otras causas diferentes. Bueno, más que muerto, estoy en un purgatorio en el que por lo que veo, al menos, se me permite escribir así qué, lo prometido es deuda, pongamos foco en el alcalde de Pamplona.

Se vuelve a recrudecer estos últimos días  la guerra de banderas en Navarra  debido a la derogación por parte del cuatripartito de la conocida como "Ley de Símbolos de Navarra".

Este lunes la Mesa del Parlamento ha aprobado, con los votos a favor de Geroa Bai, Bildu,  Podemos y la inestimable ayuda del Partido socialista en la junta de portavoces, colocar la bandera republicana en la fachada el Parlamento de Navarra el 14 de abril, con motivo de la conmemoración de la II República.

No pongo en duda la bondad del aprendizaje de idiomas hoy en día y la necesidad de ampliar nuestras miras en pos del propio desarrollo personal y amplitud de oportunidades laborales.

Ya ha pasado el día del gran dislate, en el que unos navarros desleales con su tierra y antepasados derogaron la ley que ordenaba el uso de sus símbolos representativos: la bandera y el himno.

En el Passeig Sant Joan de Barcelona está el bar 7 de julio, estuvo regentado por navarros y ahora lo está por chinos, pero curiosamente no han cambiado el escudo de Navarra que hay en la puerta, lo que me permite sonreír cada día cuando paso por delante. Quizás sepan que la tradición tiene valor.

Nunca pensamos que se llegara a tanto porque es muy difícil desde el punto de vista de un demócrata ponerse en los parámetros lunáticos de un dictador.

En los próximos meses vamos a leer y oír muchas cosas sobre Gibraltar. El relato general de los cambios que provocará la ruptura del Reino Unido con la Unión Europea incluye letra pequeña sobre el futuro del Peñón.

La afluencia de turistas a nuestro país empieza a ser un problema, un problema grave. No para los hoteleros o restauradores para quienes se han convertido en la gallina de los huevos de oro pero sí para los ayuntamientos y para los residentes que ven, vemos, cómo de la noche a la mañana nuestras calles, nuestros barrios cambian de fisonomía, de olor y color, debido a la llegada masiva de gentes de todo pelaje.

La respuesta a la pregunta con la que se titula este comentario no puede ser unívoca. Es, más bien, equívoca. Si atendemos al Centro de Estudios de Opinión, que depende más o menos de la Generalitat catalana, el independentismo pierde fuelle, y los no secesionistas ganan a los que sí lo son por un 48'5 por ciento frente al 44'3 por ciento.

En un acto social, Oscar Wilde se encontró con un conocido, ya de cierta edad, acompañado de un chico joven, muy agraciado, que le fue presentado como sobrino. 

Vaya, qué raro, el poder atacando un medio de comunicación y los palmeros palmeando, y bailando aurreskus mentales, esta vez incluso con extraños y vergonzosos compañeros de cama y de zapateado, porque no les gusta que se informe contra ellos.