Pamplona rebosa de todo tipo de comercios. Desde bares y restaurantes con gran fama hasta pequeñas tiendas de alimentación o de chucherías. Algunos están más a la vista que otros, y otros llevan tanto tiempo en la capital navarra que no hay persona que no lo conozca.
Cuando llevas muchos años trabajando en un negocio, te puede ocurrir como a Mª Ángeles Villegas que, tras 25 años en su tienda, va a tener que cerrar por una reforma. Su tienda de ropa, llamada Dehko Moda Mujer, está localizada en la calle Monasterio de la Oliva 23, en el barrio de San Juan.
Dehko Moda se encuentra muy próxima a otros muchos establecimientos que hemos visitado en la sección del comercio local tales como el bar Gurea, cuyos dueños revivieron, o la floristería Camelia, la más cercana al cementerio.
Mª Ángeles Villegas lleva más de dos décadas trabajando en su tienda de ropa, pero una reciente fuga bajo la tienda va a tener que cambiar el suelo. "La fuga me va a obligar a hacer una pequeña reforma y tendré que cerrar la tienda por un tiempo. No será mucho, seguramente menos de una semana. Después de eso, vuelta a la carga", asegura la dueña.
Como consecuencia adicional de la futura reforma, Villegas está haciendo liquidación de todas sus prendas de ropa. "Para poder hacer la reforma con mayor facilidad, prefiero vender todo lo que pueda de ropa y complementos cuanto antes. El tema es que hay que levantar todo el suelo, así que si tengo menos ropa mejor", explica Villegas.
La tienda de Mª Ángeles Villegas siempre se ha dedicado a la ropa de mujer, aunque ella admite que ha tenido que reinventarse: "En 25 años he tenido que cambiar mucho mi catálogo. Ahora mismo las mujeres no se visten como hace veinte años. La gente ahora va con americana, por ejemplo, pero también con zapatillas de deporte", cuenta la gerente.
A pesar de haber cambiado con los años, sus clientas todavía eligen Dehko Moda para comprar las prendas que les hacen falta. "Alrededor del 80% de mis clientas son habituales. Muy buenas personas. Vienen porque mi ropa es la típica que te pondrías a todas horas todos los días de la semana. Son prendas fáciles, cómodas, actuales. Es lo que te pondrías un lunes y un domingo", detalla.
Al mismo tiempo, Villegas también pensó en hacer un cambio en su clientela objetivo. "Hace un tiempo llegué a pensar en vender también ropa de hombre, pero como ya tenía una forma de vender y una serie de clientas fieles, no vi la necesidad de hacer ese cambio", añade Villegas.
Sorprendentemente, cuando Villegas empezó el negocio no sabía nada del mundo de la moda. "Al principio no tenía ni idea, pero tenía mucho conocimiento de trato con el cliente por otros trabajos anteriores. Para mí era lo mismo vender un coche que un boli. Ahora sé mucho de ropa y complementos y he estado en varios festivales. Al final aprendí del negocio trabajando en él", confiesa la dueña.
Su oficio le resulta muy satisfactorio ya que, según ella, lo que más le gusta es que "trabajo para mí. Yo soy la que decido cómo trabajar, qué es lo que quiero hacer, los objetivos que me quiero plantear, mi rumbo. Yo soy la jefa, eso es lo que más me gusta de estar aquí".
Pero no todo a Mª Ángeles Villegas le resulta sencillo ya que hay un problema enorme con el que todavía tiene que lidiar. "Algunos dicen que los negocios locales de hoy en día no funcionan, pero eso no es verdad. Lo que nos supone a nosotros un problema son los alquileres abusivos que hay que pagar porque yo, por ejemplo, pago tres veces más de lo que pagaba hace unos años", revela.
Tales pagos hacen que Villegas se plantee el destino de su negocio. "Esto no solo me pasa a mí, también al resto de locales de alrededor. Nosotros no podemos estar así toda la vida porque así no se puede mantener un negocio. No sé qué pasará en el futuro, pero si la cosa no cambia, en uno o dos años tendré que cerrar la tienda", finaliza Mª Ángeles Villegas.
