La mercería Isabel de Pamplona ha conseguido el complicado objetivo de traspasar la tienda y no cerrar la puerta a sus clientes, después de más de 60 años dando un servicio al barrio.
La mercería Isabel está situada en la avenida de Marcelo Celayeta 28, en pleno barrio de la Rochapea. Muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en esta sección de comercio local.
Como es el caso, por ejemplo, de la frutería donde Ignacio Lacuey no se quiere jubilar a sus 73 años, o de la pescadería Sesma donde trabajan dos hermanos y una prima.
La pamplonesa Carmen Moscoso Arizcuren nos contaba hace unos meses en una entrevista a Navarra.com que un grave problema de salud no le permitía seguir con la mercería a pleno rendimiento, y buscaba a una persona que tomara el relevo.
"No me he puesto una fecha límite. Mi idea es dejar la mercería a otra persona que continúe con este negocio. Todo dependerá de cómo vaya yo con mi salud y mis pruebas. Voy a intentar estar todo lo que pueda, incluso puedo ayudar durante algún tiempo, unas horas, a la persona que me de el relevo", aseguraba con mucha pena.
Contra pronóstico, tal y como están las cosas en el comercio local, ha aparecido el deseado relevo en la persona de Elena Gheorghica Chitoroaga de 36 años de edad y natural de Moldavia, aunque lleva en Pamplona desde los 16 años.
"Siempre he trabajado de cara al cliente buscándome la vida en textil y arreglos. Me he formado como costurera y como modista. Conozco este mundo". Se enteró del traspaso "al entrar en la mercería buscando una cremallera. Me atendió Carmen muy amable. Vi el cartel de que se traspasaba y me puse en contacto con ella. Así surgió el tema. Fue por casualidad", ha explicado Elena.
"Llevo trabajando desde el 8 de enero y el día 9 la he contratado a ella (Carmen) como empleada. Estoy muy contenta. La gente del barrio es maravillosa. Nos ha acogido muy bien y se han adaptado al cambio. Estamos las dos muy contentas porque tenemos un poco de todo. Sin Carmen esto no sería lo mismo".
Los clientes de la mercería "está encantados de que siga abierto el negocio, que no se cierre y que esté cerca de casa. Les atendemos con mucho cariño y con mucha confianza. Eso es lo más importante", indica la nueva dueña del establecimiento.
Elena tiene a toda su familia en Pamplona y sus tres hijos (Ander, David y Nico de 13, 12 y 4 años) son navarros: "Son españoles cien por cien. Pamplona es mi casa. No he conocido otra. Primero llegó mi madre y luego nos trajo a todos a la ciudad".
Carmen Moscoso está feliz al ver que la mercería sigue abierta: "Ha sido como si le tocara la lotería al barrio. Muy contentos de que esto funcione con juventud, con una chica emprendedora, con muchas ganas e ilusión. Yo estoy más contenta imposible".
"Estamos las dos mano a mano y que siga muchos años. Yo aporto mi experiencia. Yo le voy presentando a los clientes en una nueva etapa donde estoy muy agradecida. Yo delego en ella con mis descansos, que es lo que me tocaba. Ha sido una acierto y solo puedo estar agradecida", concluye Carmen.
