El bar restaurante Zaldu abrió sus puertas a comienzos de este año. Natiely Teles, de 33 años, y su hermana menor, Mariely Teles, de 27 años, se encargan de llevar un local que cada vez recibe más clientes. Además, cuentan con la ayuda de su madre, Sandra, que de vez en cuando viaja desde Brasil para echarles una mano.
El local está situado en la Calle del Molino, 28, en Oroz-Betelu, pueblo en el que la competencia con otros bares exige cautivar a los clientes para que regresen.
Natiely y Mariely llegaron a Navarra hace unos años. Primero fue Mariely, en 2017. Al año siguiente, le acompañó su hermana mayor. A su llegada a la comunidad foral, vivían en la Calle Mayor de la capital navarra. Sin embargo, ahora residen en Zizur Mayor.
La distancia entre Zizur Mayor y Oroz-Betelu es de 56 kilómetros, que las hermanas recorren cada día. "Como mi hermana tiene hijos, tenemos que volver todos los días para que vaya a clase. Pero los fines de semana sí que nos quedamos en Oroz-Betelu", explica Natiely.
A pesar de la distancia, y de dificultades como la barrera del idioma (acuden clientes de muchas nacionalidades), Natiely se alegra de la decisión que tomaron. "Estamos muy contentas con la aceptación que ha tenido el bar. Los clientes se van de aquí muy contentos, y cada vez son más", afirma.
Esto fue posible por conocer a los anteriores dueños del local, quienes también eran brasileños. En enero, se lo traspasaron a las hermanas con licencia para 5 años.
Según Natiely, la clave de su éxito es la excelente atención que brindan al cliente. "Nosotras tenemos mucha paciencia. Aquí somos dueñas, psicólogas, cocineras, y mucho más. Todo lo que los clientes necesiten", ríe.
"El Zaldu es un bar llevado por dos hermanas, en el que intentamos ofrecer al cliente lo mejor que podemos hacer, como si fuera para nosotras mismas, con mucho amor y cariño", asegura.
El bar ofrece una carta muy variada, en la que combinan la cocina tradicional navarra con la de su país de origen. El rabo de toro y el gorrín tienen una gran aceptación por los clientes, al igual que la feijoada (un guiso típico de la cocina brasileña). Y también sus postres caseros.
A pesar de que en verano Antony, un conocido, les ayudaba, de normal el negocio lo llevan las tres mujeres brasileñas. Esto es posible gracias a la excelente relación entre ellas. "Mi hermana y yo tenemos una gran amistad para llevar un negocio. Además, tenemos mucho respeto a nuestra madre. Es verdad que a veces nos enfadamos trabajando, pero se nos pasa pronto", bromea.
Además, Natiely se muestra muy contento con la elección de Oroz-Betelu para abrir su negocio. "Es un pueblo muy chulo. Además de ser un pueblo bonito, la gente aquí es muy amable", explica.
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