La navarra Natividad Arana Andueza cumple este sábado 60 años justos desde que abrió, con su marido Gregorio Crespo Vidal, una pequeña tienda en el barrio de la Milagrosa en Pamplona. La fecha exacta de la apertura fue el 27 de mayo de 1963 en la esquina de las calles Gayarre e Isaac Albeniz.
El establecimiento está muy cerca de otros negocios que hemos conocido en esta sección de comercio local en Pamplona, como el antiguo talleres Cholo o la tienda de moda y complementos A&E.
Nati y su marido Gregorio trabajaron muchos años codo a codo para sacar adelante el negocio hasta que Gregorio falleció en 2009 a los 80 años de edad. Nati tiene dos hijos, Gregorio y Nati, y ahora ayuda ahora a su hijo Gregorio Crespo Arana que dirige la tienda.
El local es casi un pequeño supermercado donde venden un poco de todo. Desde prensa, revistas, pan, caramelos, helados, dulces, chucherías, hasta cuadernos, latas de refrescos, agua embotellada, bolígrafos o pilas.
Este sábado 27 de mayo es muy especial para Nati Arana, natural de Lerate en Tierra Estella, que ha cumplido 85 años el 1 de mayo. Ha recibido por sorpresa un ramo de flores de la farmacia Sagrario San Miguel, que está a muy pocos unos metros de distancia.
"Desde luego que es una gozada cumpir sesenta años. Se siente mucha alegría por una parte y por otra un poco de tristeza porque abrí con el marido y hoy no lo tengo desde hace catorce años", asegura Nati Arana.
"Tengo los hijos que son maravillosos conmigo y ya está. A seguir y muy agusto porque siempre me ha gustado el trato con la gente y no he tenido nunca discusiones ni problemas", asegura con satisfacción.
Su vida es sencilla: "Vengo toda la mañana. Leo el periódico, le pago al panadero y mi hijo hace las cosas más complicadas como las facturas. Salgo a la calle y me saluda todo el mundo. Me cuentan la vida de uno y de otro y te afecta", indica Nati Arana.
Está satisfecha con la segunda generación de la familia: "Es un orgullo que siga mi hijo. Lleva el peso de todo porque es muy ordenado y yo hago lo que puedo. Yo estoy feliz y luego me voy a casa. Por la tarde estoy tranquila en casa, pero siempre haciendo algo".
Su hijo Gregorio, afirma: "Yo estaba con mi padre desde chaval y me encargaba de las facturas y devoluciones. Ya cuando cayó enfermo y no podía seguir con un problema de corazón me decidí a seguir. Aquí continuamos madre e hijo hasta que la salud nos de fuerzas".
"A mi me supone todo que mi madre alcance 60 años en la tienda. Supone apoyo, fuerza y entre dos el apoyo es mayor que uno solo. No hay relevo en la familia pero me quedan unos añicos aquí con 58 años. A ver si la salud nos respeta y luego ya veremos lo que pasa", explica Gregorio.
Se sigue vendiendo un poco de todo: "Algo tienes que ir cambiando pero básicamente lo de siempre. Las clientes que tenemos son muy buenos y da gusto. Me dicen ¡que bien estás!. ¡Nadie dirá que tienes estos años!", indica Nati Arana.
Su hijo Gregorio añade: "A ella esto le da la vida porque sino estaría sola en casa. Le sirve de distracción. Esto ha cambiado mucho. Cuando estaban los cines Aitor había unas colas de gente increíbles. Las mayores fueron cuando proyectaron la película Grease con Jhon Travolta en 1978 y la Guerra de las Galaxias".
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