"Cuando digo Pamplona hay amigos chinos que no saben dónde está, pero si les digo San Fermín enseguida lo entienden", asegura.
Ning Dong es una profesora de chino que trabaja en Pamplona desde hace casi veinte años. Trabajó primero en dos colegios y más tarde montó su escuela en el centro de la capital, pero desde hace apenas tres años está situada en la calle Tajonar 31-33.
Está muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en esta sección de comercio local, como es el caso del bar restaurante Valdizarbe 2 en el parque Tomás Caballero o la sidrería Kaleangora en la misma calle Tajonar 29.
La profesora Ning Dong es licenciada en lengua y literatura china por la Universidad de Liao Ning. Su conocimiento profundo de la lengua china garantiza una correcta enseñanza del chino mandarín, que es la lengua oficial de toda la República Popular de China.
Su academia es un centro examinador oficial de la lengua china. Tiene convocatoria abierta para exámenes HSK, HSKK e YCT. Ofrece diferentes posibilidades como la fijación del idioma en bebés, clases de iniciación infantil, para preparar exámenes oficiales, personalizadas Erasmus, de conversación, traducciones y asesoría.
Ning Dong afirma que llegó a Pamplona "casi por casualidad" cuando una amiga le propuso venir a la capital navarra: "Al principio llegas y piensas como una china y te choca todo. Ahora me encanta vivir aquí, pienso como una española y me gusta toda la comida".
Primero estuvo trabajando en el colegio San Cernin enseñando chino a alumnos de la Eso y de Bachillerato y en el colegio Sagrado Corazón. Posteriormente, ha trabajado por su cuenta en el centro de Pamplona y desde hace casi tres años en la actual ubicación de la calle Tajonar.
Llevo casi veinte años en Pamplona. En esta academia desde 2005 y poco a poco. Antes estaba en el centro en la calle Amaya y ahora aquí. Me gusta la ciudad. La gente es maja", señala Dong.
"Cuando digo Pamplona hay amigos chinos que no saben dónde está, pero si les digo San Fermín, enseguida lo entienden y lo conocen. La ciudad me gusta. No es grande, pero bien. Por eso llevo años aquí", afirma Ning Dong.
Hay alumnos de edades muy diferentes: "Desde los doce meses a los 70 años. Estamos contentos y además podemos hacer el examen oficial una vez al año en nuestra academia".
Abrió este local en 2019, casi en el Covid: "Estoy yo sola nomalmente, pero a veces tengo apoyo porque quiero enseñar bien. El idioma chino es difícil y para la enseñanza hay que ser muy serio. Lo más importante es la calidad de la enseñanza", comenta Ning Dong.
"Sobre todo los niños pequeños me contestan con sus miradas porque no hablan. Noto que tenemos éxito porque los padres están contentos con sus niños pequeños. En clase cantamos, jugamos con las palabras, bailamos y enseñamos, que es mucho más completo", indica la profesora de chino.
En cuanto a sus clientes, señala que son muy diversos: "Hay profesionales de todo tipo. Universitarios, catedráticos, trabajadores. Estoy contenta. Además de estudiantes españoles, hay también americanos, franceses, alemanes, sudamericanos...", señala Ning Dong.
También dan clase de lengua china a alumnos chinos: "Utilizamos materiales y libros como si fuera en China". Por último, define a su comunidad en Pamplona como "muy trabajadora, amable y agradable".
