La frutería Nuria de Ansoáin seguirá abierta para alegría de sus clientes y amigos, después de la jubilación de Nuria Irurzun y Jesús Irigoyen. Los dos pamploneses han cumplido 37 años de trabajo en su tienda y sonríen al haber traspasado el negocio.
La frutería Nuria está situada en la calle Divina Pastora de Ansoáin. Muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en este apartado de comercio local en la cuenca de Pamplona.
Como es el caso, por ejemplo, del asador búlgaro Mejana Izvora o del bar Sol y Luna con unos chachopos que asustan y causan furor entre sus clientes.
Jesús Irigoyen tiene 64 años posa en una silla de ruedas ya que le han operado recientemente de juanetes: "Llevaba tiempo esperando y hemos aprovechado esta situación de dejar el trabajo para empezar la nueva vida".
Reconoce que el cambio de vida profesional no es tan sencillo: "Cuesta hacerse a la idea. Son muchos años. Hemos hecho 37 años trabajando en el pueblo. Es toda una vida. Ya no se trata de clientes, sino que la relación que tenemos con muchos es de amistad y una confianza muy grande".
A Jesús aún le quedaría un año para llegar los 65 años, "pero hemos decidido que fuera ya. Por circunstancias y hemos tenido la oportunidad de hacer un traspaso con una pareja muy competente con muchas ganas e ilusión y por eso lo hemos adelantado. No es fácil encontrar sustitutos. Es un trabajo muy esclavo que requiere dedicación, esfuerzo y horas".
Explica la de horas que han metido para sacar adelante la frutería: "Nosotros hemos estado trabajando desde las cinco de la mañana hasta las dos de la tarde. Una parada de hora y media para la comida y otra vez a darle de 17 a las 21 horas. En verano cerrábamos solo quince días y con mucho miedo, si te estabilizas en el negocio, y nada más".
El negocio sigue siendo rentable: "Se sigue vendiendo bien, pero que no se piensen que es fácil. hay que dedicarle tiempo. Nosotros hemos sacado una familia adelante y hemos vivido dignamente. Los hijos, de 37 y 28 años, han visto la esclavitud de los padres y no quieren seguir en esto".
No ha sido sencillo explicárselo a los clientes: "Nos dicen que no nos vayamos. Al final lo entienden porque son muchos años. Les da mucha pena. El otro día se les caían las lágrimas a varias señoras pero en el fondo lo entienden", indica Jesús.
En cuanto al futuro, una vez jubilados, señalan: "De momento no vamos a hacer nada. Cambiar el chip. Olvidarnos de horarios, que será difícil, y habrá que buscar alguna actividad porque el día es muy largo, la cabeza da muchas vueltas y hay que tenerla ocupada".
El nuevo propietario de la frutería es el pakistaní Afzaal Ahmed de 43 años: "Tengo muchas ganas de trabajar. Llevo seis años en Pamplona y estoy muy contento. me gusta este tipo de trabajo. Nos han presentado a los clientes. Nuria y Jesús son muy buena gente. Muy buenas personas. Le vemos futuro a la tienda".
El último día de trabajo de Nuria y Jesús en su frutería fue el sábado 26 de octubre, donde aprovecharon para invitar a sus clientes y amigos a un aperitivo de pastas y café con leche en el interior de su local.
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