El Ayuntamiento de Estella ha entregado los premios del concurso navideño tras evaluar 25 escaparates. El jurado y la votación popular han puesto en valor la creatividad y el esfuerzo del comercio local.
Destacan las cazuelicas de callos, manitas, ajoarriero, carrilleras, cordero al chilindrón, bolas de pimiento y una buena lista de fritos que se acaban con rapidez.
La empresa familiar ha mantenido viva una receta tradicional y ha llevado sus talos a ferias, a la hostelería navarra y a una cita navideña en San Sebastián a la que no faltan ningún año.
En Garrarte, en plena Estafeta, la Navidad se compra en forma de turrones, garrapiñados, chocolates y dulces artesanos pensados para regalar, compartir en casa o acertar en cualquier comida familiar.
El consejero Mikel Irujo ha presidido en Baluarte la gala que ha reconocido trayectoria, relevo generacional, nuevos emprendimientos, comercio rural e innovación, además de dos menciones al trabajo del sector.
Denisse considera un tesoro el recetario navarro que ha aprendido a cocinar: callos, manitas, ajoarriero, carrilleras, chipirones, codillos y platos con huevos.
Sobresale el pincho conocido como el 'marrano', de jamón, huevo frito y tomate. “A la gente le encanta, con el riesgo de que al aplastarlo te manches”, asegura.
La histórica vendedora de la ONCE recibió una despedida llena de cariño tras quince años en el Mercado del Ensanche, donde clientes y compañeros destacaron su trato cercano y su alegría diaria.
Dos emprendedoras navarras, Marta Santamaría y Raquel Juezsarmiento, han unido sus negocios en Ansoáin para ofrecer recuerdos únicos del embarazo y los primeros años del bebé.
Dispone de 22 habitaciones distribuidas en dos plantas y cuenta con un quiosco de auto check-in a la entrada "perfecto para grupos y equipos deportivos".
Las jornadas son intensas, pero el esfuerzo se nota en el resultado. “Hay mucha gente que aprecia el producto local, el origen y la calidad", aseguran.
El histórico local del centro de Pamplona inicia una nueva etapa de la mano de los creadores de SNOB, con cocina de autor, pinchos y menús desde 25 euros.
“Trabajamos con nuestras manos, sin métodos invasivos. Hay que luchar, claro, pero merece la pena cuando ves a alguien salir sonriendo y relajado”, aseguran.