• miércoles, 25 de junio de 2025
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COMERCIOS LOCAL

La pamplonesa que hace cabezudos en un pueblo de Navarra: “Empezó con un zaldiko para mi hijo en San Fermín”

En este tiempo ha recibido encargos de ayuntamientos, colegios, peñas y asociaciones, y ha impartido talleres familiares en pueblos y centros escolares.

Ainara Galdeano en su taller de cabezudos en la localidad de Artazu. Navarra.com
Ainara Galdeano en su taller de cabezudos situado en la localidad de Artazu. Navarra.com

Ainara Galdeano Andueza, de 40 años, ha convertido una pasión familiar y festiva en su forma de vida. Desde que modeló su primer zaldiko para su hijo con motivo de las fiestas de San Fermín, no ha dejado de experimentar, aprender y crear. Aquel primer impulso fue el inicio de un camino que hoy tiene nombre propio: AtipiKa, su taller artesanal de cabezudos.

Su taller está a solo 25 minutos de Pamplona. Muy cerca de Puente la Reina, a medio camino de las localidades de Mendigorría y de Mañeru en pleno Valdizarbe.

Empecé como un hobbie y al final se ha ido transformando en mi trabajo actual”, cuenta con entusiasmo. Su historia es la de alguien que ha sabido unir el arte, la educación y la tradición festiva en un solo proyecto. Porque Ainara, además de artista, ha sido educadora infantil, trabajadora social, y especialista de apoyo educativo en un colegio. Una trayectoria diversa que ahora se funde en cada figura que esculpe con arcilla, escayola y cartón piedra.

Desde hace algo más de un año, gestiona oficialmente su taller, aunque el interés por las figuras festivas le venía de largo. En este tiempo ha recibido encargos de ayuntamientos, colegios, peñas y asociaciones, y ha impartido talleres familiares en pueblos y centros escolares. Ha elaborado kilikis, cabezudos, zaldikos y elementos decorativos adaptados a cada cliente. “Cada pieza me lleva al menos mes y medio de trabajo”, detalla. “Tiene muchas fases: secado, personalización… Todo eso tiene un valor que a veces no se ve a simple vista”.

Lo hace desde una enorme casa de piedra que perteneció a sus abuelos, con vistas abiertas al paisaje y terraza orientada hacia Puente la Reina. Allí vive con su marido y sus tres hijos, y allí ha dado forma a este taller que mezcla tradición, creatividad y vida rural. El pueblo, pequeño pero con actividad constante, se llama Artazu, y ha sido clave para que su proyecto despegue. “Estoy contenta de haber apostado por emprender desde aquí. Se une la artesanía, la fiesta popular, lo local, lo artístico… y este taller reúne todo eso”, valora.

Su día a día transcurre entre encargos personalizados, pequeños objetos, actividades escolares y ratos compartidos en familia. La conciliación ha sido una de las razones fundamentales para emprender. “Con tres niños, cuando se ponen malos o hay una revisión médica, es complicado organizarse si trabajas por cuenta ajena. Así puedo adaptarme mejor”, señala.

En casa el ambiente es puramente festivo y creativo. “Siempre hemos sido de arreglar cosas, construir, inventar y disfrutar de las fiestas. Creo que forma parte del ADN familiar”, asegura. Y no es una frase hecha: su marido, Ion Gurutz Mendía, ha sido zaldiko en la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Pamplona, y tres de sus cuñadosEusebio, Pello y Javi Mendía— llevan 25 años participando en la misma. Su primo Andoni Baigorri también forma parte del grupo, y su sobrino Xabi acaba de empezar.

La afición sanferminera se vive con intensidad todo el año. Ainara no falta nunca a la celebración de la Escalerica, que organiza mes a mes junto a sus hijos, preparando la cuenta atrás hasta que llega el momento de anudarse el pañuelo rojo al cuello.

Ainara Galdeano con un grupo de cabezudos hechos en su propio taller de Artazu. Navarra.com
Ainara Galdeano con un grupo de cabezudos hechos en su propio taller de Artazu. Navarra.com

Entre gallinas —una por cada hijo—, miel casera y vino elaborado con familiares y amigos, su día a día no se detiene. “En esta casa nunca nos aburrimos”, bromea con una sonrisa.

El proyecto AtipiKa ha salido adelante también gracias al respaldo institucional. Ha contado con el apoyo del Consorcio de la Zona Media, la Cámara de Comercio, la Factoría de Industrias Creativas y ayudas al autónomo del Gobierno de Navarra.

Y no se conforma con lo logrado. Entre sus planes está impulsar un programa de talleres intergeneracionales en el que participen niños y mayores juntos. “Creo que puede salir algo chulo”, comenta. También le ilusiona colaborar con otros artistas y talleres del entorno, para dar visibilidad a la artesanía local, a los pueblos y a las personas que apuestan por emprender desde el medio rural. “Iniciativas así ayudarían a mantener vivos los oficios, a dinamizar el territorio y a generar oportunidades sin tener que irse fuera”, expresa convencida.

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